domingo, 23 de diciembre de 2012

Hormigas.

Es inabarcable la cantidad de sitios
en la que depositamos
nuestros anhelos.
Múltiples soportes
materiales y no
comprables y no
seguros y no.
Y lo curioso es
que cuando uno de estos
contenedores
se rompe
tardamos menos de lo debido
en encontrar uno nuevo.

Supongo que tenemos
una tendencia genética
a la esperanza.
Igual que hormigas todopoderosas.




En el tocadiscos:
Explosions in the Sky  -  The only moment We were alone

lunes, 17 de diciembre de 2012

Dragones.

Es verdad lo de los unicornios y los dragones. Yo lo he visto. Guardo desde hace años el secreto.

Hay montones de luces amenazando caer sobre las calles. Son desdichadas. Resisten estoicas la felicidad de los que buscan regalos bonitos y gorros de lana con pompón. Se impregnan de un perfume pesado a vino caliente, canela, clavo, sudor de abrigo y vapor de agua. Es una existencia paupérrima.

Aunque no quedan hielos en el vaso, sigo oyendo su agradable ruido de martinete. Se amortigua por el líquido y da tranquilidad, sosiego, paz. Mi pájaro azul se aletarga. Las manijas del reloj van y vienen olvidándose poco a poco de su labor hasta abandonarse a un domingo sin ansia de lunes.

Busco unicornios y dragones entre las luces, pero no encuentro ninguno.

Siempre me acuerdo tarde del calendario con las chocolatinas dentro. Pero es, en cierto modo, un alivio. Nunca he podido comerme sólo una cada día. Creo que esos calendarios tienen la función de hacer sentirse culpable a la gente. Para que tomen conciencia de su egoísmo y su falta de control ante el placer a corto plazo. Mierda de calendarios.

Si tuviera que elegir creo que preferiría un dragón. Es mucho menos poético pero, sin duda, mucho más útil.




En el tocadiscos:
The Unicorns  -  I was born a Unicorn

jueves, 13 de diciembre de 2012

Lo malo del invierno.

"La muerte por congelación duele.
Quien diga lo contrario 
es que nunca ha estado tres días
perdido en el Himalaya."

Lo malo del invierno no es la nieve
que yace silenciosa en el camino
ni la escarcha, ni el aire blanquecino
ni el sol naranja, fatigado y breve.

Lo malo del invierno son las noches
que destiñen al borde de la aurora
y el 'ya nunca' y el 'ayer sin ahora'
y el cristal empañado de reproches.

Lo peor del invierno -tú lo sabes-
son los carámbanos bajo mi almohada
desdichas colgantes de agua salada

cicatrices largas de heridas graves.
Ven a mi cama si tienes calor
que aquí te esperamos mi invierno y yo.




En el tocadiscos:
Joaquín Sabina  -  Cuando aprieta el frío

sábado, 8 de diciembre de 2012

Postales que se perdieron (III): Sucesos.

17 de diciembre de 2008

Volví sobre mis pasos decidido, para errar de nuevo sin ningún sonrojo. Ahora la tranquilidad es patente. Mañana lo que pase será rápido e indoloro. Como una aguja experta y certera.

Sucesos posteriores son demasiado aleatorios para hablar de ellos. O quizá son demasiado previsibles para hablar de ellos. En todo caso quiero volver lo antes posible. Y quiero saber lo antes posible eso que ocurrirá pero que no será ni aleatorio ni previsible. Porque la unión de dos lógicas distintas no generan sucesos aleatorios ni previsibles.

Simplemente hay demasiadas variables. Demasiadas ecuaciones. Demasiada cabezonería para resolver el sistema.

Odio la palabra 'demasiado' porque es demasiado expresiva.




En el tocadiscos:
Ismael Serrano  -  Sucede que a veces

Alcanzar la paz.

Cientos de años de cábalas de expertos,
lógica humanista, ética y moral
-los vivos asienten; callan los muertos-
queriendo separar el bien del mal.

Llenos de suficiencia hablan de paz,
de deberes, directrices y leyes
que encauzan nuestra existencia fugaz:
pobres por un lado; por otro reyes.

A la paz nunca se llega en combate.
Peleando mano a mano hasta el luto
la historia se estremece de dolor.

La paz es ver cómo cebas el mate.
Templando en tus manos cada minuto
la memoria enrojece de rubor.




En el tocadiscos:
Itzhak Perlman  -  Tango

jueves, 6 de diciembre de 2012

Postales que se perdieron (II): Colores.

23 de julio de 2008

Dudé un momento entre el rojo y el azul, y cuando me quise dar cuenta no había más que morado. Y es que los colores no te esperan, y en ocasiones son desesperantes. Pero se les perdona, porque son colores de verdad, con su carácter, su corazoncito y sus manías. No como esas absurdeces de magentas y cianes; artificios estridentes sin otro afán que sacar de quicio y vender más gafas de sol.

Mezclando pigmentos de rojo, azul y amarillo, en proporciones adecuadas, a velocidad adecuada, en condiciones de temperatura y humedad adecuadas, y con el estado de ánimo adecuado, se obtiene blanco.
En caso de error, aparece algo muy parecido al negro; pero aún más triste.




En el tocadiscos:
Miles Davis  -  Kind of Blue

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Postales que se perdieron (I): Columpios.

23 de mayo de 2008

La cabeza rozando el suelo. El columpio chirría un poco. Empieza. Sólo hay un punto fijo, el resto se difumina. Cada vez más rápido. El estómago araña y las sienes saltan. Pero ya no se puede parar. Tampoco quiero. Todo cobra sinsentido.

Medio minuto de descanso.

Ahora hacia el otro lado...




En el tocadiscos:
Billie Holiday  -  Travelin' Light

jueves, 29 de noviembre de 2012

Perspectivas.

Una puñalada
me ha de despertar
en lo más ancho de la noche
a las cinco y treinta y dos.
Será profunda, aguda, natural
triste -en resumen-
una herida
de verdad.

A las cinco y treinta y seis
será ya amarga, palpitante, tenaz
aunque no más lógica
que antes.

Hace algunos años corríamos tras los trenes
bebíamos whisky barato
poníamos acento
en las palabras más importantes
dejando la gramática para
otros.

Teníamos futuro
o, tal vez
no importaba si lo teníamos.
La arena se escurría entre los dedos
grano a grano
todo a todo
como un manojo de relámpagos salvajes
que nunca acababa de tronar.

Así éramos
hace algunos años
muertos de sed que no sabíamos
-y así debía ser-
lo que había en el fondo de los vasos.
Se ven hermosos
aquellos años
desde estas retinas inanes
en este ambiente más sano
y lento.

Apocado también.

Desde aquí tengo que esperar
a que llegue
aquella puñalada
en lo más urgente de algún ahora.




En el tocadiscos:
World's End Girlfriend  -  Scorpius Circus

domingo, 25 de noviembre de 2012

El salto.

Lo nuestro siempre fue
una historia imposible.
Todo salió mal
desde el primer momento
aquel que ella sabe
           y que yo
                     yo nunca recordé.

Hablar
de factores de seguridad y de teorías de segundo orden
era menos de lo que ella
necesitaba
pero mucho más de lo que yo
tuve.
Todavía puedo ver sus pupilas
           eclipses
                     de luna que pesaban como plomo
posándose en mis párpados
           retales
                     secos que no se abrieron.

Habitamos algunos mundos
-no es poco ser dos
entre tantos-
sus ideas volaban
despacio
el tiempo se reblandecía
                                                                                 y
                                                                                 salté
(azar es un juego de locos e idiotas)
pero mientras el cielo aprendía a ser
v
e
r
t
i
c
a
l
se me quebró la fe.

Ella quería caligrafías angulosas
           y yo
                     yo sólo ofrecí noches
de inquietud.




En el tocadiscos:
Goran Bregović  -  Lullaby

sábado, 24 de noviembre de 2012

De egos, tiempo y recuerdos.

En el aire flota Cannonball Adderley y los desperdicios de una noche rumiando las propias entrañas. La montaña mágica está calando hasta los tuétanos. Por momentos parecen capítulos inapropiados para este invierno joven; por momentos le dan sentido a esta bruma que anuncia el adviento.

Se han difundido muchos conceptos erróneos sobre la naturaleza del hastío. Se cree que la novedad y el carácter interesante de su contenido "hacen pasar" el tiempo, es decir, lo abrevian, mientras que la monotonía y el vacío alargan a veces el instante y la hora patéticamente. Pero esto es inexacto, pues, siendo en ocasiones así, la monotonía y el vacío pueden abreviar y acelerar vastas extensiones de tiempo hasta reducirlas a la nada. Por el contrario, un contenido rico e interesante es sin duda capaz de abreviar una hora e incluso un día, pero, considerado en conjunto, confiere al paso del tiempo amplitud, peso y solidez, de manera que los años ricos en acontecimientos pasan con mayor lentitud que los años pobres, vacíos y ligeros, que el viento barre y se alejan volando. El hastío es, pues, en realidad, una representación enfermiza de la brevedad del tiempo provocada por la monotonía. Los grandes períodos de tiempo, cuando su curso es de una monotonía ininterrumpida, llegan a encogerse en una medida que espanta mortalmente al espíritu. Cuando los días son semejantes entre sí, no constituyen más que un solo día, y con una uniformidad perfecta la vida más larga sería vivida como muy breve y pasaría en un momento. La costumbre es una somnolencia o, al menos, un debilitamiento de la conciencia del tiempo, y cuando los años de la niñez son vividos lentamente y luego la vida se desarrolla cada vez más deprisa y se precipita, es también debido a la costumbre.

Soy amigo de la rutina y la monotonía. La uniformidad no me turba, al contrario, me da seguridad y me tranquiliza. "Y eso fue todo y se acuesta a mi lado / junto a la lumbre / al calorcillo del fuego sagrado / de la costumbre" decía Krahe. Esto no significa que se me deba calificar de conservador. Considero por contra que todos en mayor o menor medida tratamos de ordenar el caos o nos dejamos envolver por la infinitud del mismo, tomando el desorden como la mayor de las uniformidades. Es una natural tendencia al equilibrio dentro del imparable movimiento. La velocidad constante intentando vencer a la aceleración.

Sin embargo muchas veces temo que el tiempo se esté plegando, ardiendo, esfumándose tras de mí. Muerto mi presente, dudo que esté quedando algún resquicio de su existencia. El legado, la posteridad, mi yo eterno... se me antojan conceptos de artista trasnochado. Nada tiene la humanidad que aprender de mí. Nada quiero que se sepa de mi paso por la historia cuando mi carne deje de ser tangible en el ahora. Por otro lado es mi egoísmo el que me lleva a la inquietud. La duda de cuál de mis yos futuros seré en función de lo que hoy haga. En función de lo que mañana pueda recordar que he hecho.

Se mezcla todo esto con el saxo alto -Coltrane ahora- y con el árbol sin hojas que la niebla tiñe de gris. Se mezcla todo con las palabras de Diego sobre por qué nos atrae el imán del pasado, sobre qué nos hace aferrarnos a él. Se mezcla todo con las cartas de María maldiciendo al tiempo, como si fuera él, triste dimensión que ni existe, y no cada uno de nosotros, el que insuflara o arrebatara contra nuestra voluntad recuerdos a nuestro entendimiento. Se mezcla y se responde casi todo con las cuatro autoagresiones (I, II, III, IV) que Guredi escupió hace un año.

Pienso en mi niñez y evoco una feliz rutina. Nada especialmente memorable y nada especialmente doloroso. Y creo que no quiero nada más.




En el tocadiscos:
Cannonball Adderley  -  Autumn Leaves

sábado, 17 de noviembre de 2012

Triste pero cabal.

Buenos días
hay restos de piel bajo las uñas
y pólvora en el viento
de esta mañana.
El semen ya caducado
no se recicla en los grandes almacenes
pero otras secreciones
menos filosóficas
caben en las ofertas de dos-por-uno.

Cuando veo la última falange
de tu dedo más corto
indefensa
inocente
pienso en el pene de un sogún
o de un Watanabe cualquiera
enrojecido por su lucha interior
racional
abrumado
por la carnal censura
de su placer carnal.




En el tocadiscos:
Osamu Kitajima  -  Tengu

jueves, 15 de noviembre de 2012

Confesad conmigo.

A vosotros, los soldados silenciosos
cabezas altas y manos vacías
a vosotros que desgranáis los días
expiando culpas de poderosos.

A vosotros, consejeros sin pagas
puños cerrados y vistas al frente
a vosotros que vivís el presente
desde el lado afilado de las dagas.

A vosotros del tesón y el pan duro
los anónimos o los olvidados
los del hartazgo o los de la esperanza

los que huís del que se llena la panza;
confesad conmigo vuestros pecados:
"Yo soy un fracasado sin futuro".




En el tocadiscos:
Ismael Serrano  -  Al Bando Vencido

martes, 13 de noviembre de 2012

Agresión.

Una escena. Tercera persona.

Un bebé en una cuna con una especie de buzo azul pálido y la mantita -también azul- revuelta. Tiene la frente arrugada y se sacude a intervalos casi regulares. Hace un ruido constante, por momentos parece un ronroneo, que se agudiza al compás de las sacudidas. Un momento de quietud, parece que un ojo se abre, pero no. Un instante después toda la cara se distorsiona en un bostezo sobrehumano, como un cuadro impresionista. Ahora sí, la pierna izquierda se mueve con vitalidad y los párpados comienzan a despegarse.

Otra escena. Primera persona.

Hace calor, pero no demasiado, el ambiente tiene un tono ligeramente azulado. Está tumbado y alguien grita. Levanta la cabeza con esfuerzo. "¿Pero qué te has creído, gilipollas? ¡Mira cómo me has puesto el pelo de arena!" Dos muchachas que con seguridad no tienen veinte años están sentadas en sus toallas. La que insulta tiene la cabeza de un llamativo color oxigenado y dos enormes pechos de silicona. Se rasca la cabellera con energía mientras los esféricamente horrendos senos apenas pueden mantenerse dentro del bikini. "Mamón de mierda". La compañera es morena y nada en ella llama la atención. La rubia coge un puñado de arena y lo arroja con saña a cámara. Después lanza un escupitajo. Se ve una mano alargarse y coger un bate de béisbol que sin motivo aparente está a su alcance. La vista se eleva. El bate desaparece hacia atrás y sólo vuelve a verse al impactar brutalmente con la cabeza de la chica rubia.

Última escena. Primera persona.

Una sandía explota de forma espectacular en cámara súper-lenta. Todo el plano se llena de fragmentos rojos y verdes. El fondo es neutro y el silencio sepulcral, las gotitas escarlata se esparcen por todas partes. La nitidez es asombrosa, como en un anuncio de zumo. Cuando todo ha desaparecido comienza una melodía de piano.

Fundido a negro.



En el tocadiscos:
Oscar Peterson  -  Alice in Wonderland

domingo, 11 de noviembre de 2012

Puede que hoy.

Ayer escribiste la misma carta otra vez. Otra vez sabiendo que nunca la echarías al buzón. Puede que hoy.

La nieve llegó pronto este año, pero parece que se ha tomado un respiro. Quizá sólo era un saludo. Anochece pronto y los coches pasan despacio por estos barrios apartados de todo. Los tractores rugen y van de un campo enorme a otro todavía más grande. Quedan hojas perennes, pero las que llaman la atención son las teñidas de cálidos rojos, amarillos, ocres y naranjas; las que agonizan.

Amo a una mujer. Amo a una y me acuesto con todas. Ninguna me importa, sólo esa. Será acaso por lo que abrazo a tantas: para ser consciente del calor frío me hacen sudar. No son nada y yo soy menos. Un misógino enagenado. O un cobarde de amor eterno.

Esto no es un poema.

Empieza una vida donde nadie te conozca. Que haya casas bonitas con vallas blancas y perros que casi no ladren. Trabaja duro en lo que te guste y ten hijos para educarlos bien. Algún día podrás volver. Podrás volver y podrás vivir de verdad, sin vallas ni perros ni hijos, ni olvidos.

Avanzó despacio hacia la orilla y se sentó un par de pasos antes de llegar a la arena mojada. Se abrazó las rodillas, enterró un poco los pies y alzó la mirada. La brisa bailaba con su pelo y la sal engañaba a su memoria. Pocas o ninguna palabra recordaba de aquella otra vez, pero lo importante perduraba.

Hemos ido al velatorio. Tienes natillas en el frigorífico.




En el tocadiscos:
Parov Stelar  -  Hurt

lunes, 29 de octubre de 2012

Apenas.

Lo malo es mi cabeza
tajada
como roca que taja el mar
certezas que se contradicen
doblepensar
por si acaso ya no es tarde
por si acaso nunca fue
por si acaso hay un quizá.

Veintiséis años después
me vuelve el llanto a la boca
aunque sin ojos vidriosos
ni arroces de boda
ni arena en la piel
aunque el pasado pudiera
no querría volver.

Veintiséis años después
he llegado apenas
a intuirme entre las sombras
a pinchar donde no hay vena
a escapar del niño aquel
que juró que esperaría
hasta verme caer.

Lo peor es mi vergüenza
tajada
como roca que taja el mar
oleajes que ya no existen
despertar
por si acaso ya no es tarde
por si acaso nunca fue
por si acaso hay un quizá.



En el tocadiscos:
Paul Desmond  -  Emily

jueves, 25 de octubre de 2012

¡Ocho!

Me arranco con esta Espinela
pa'l "Nerlandés" errante
de estampa: más que elegante;
de inteligencia: alta escuela.
Cansado de quemar suela
aterrizó en Mauerstraβe
para enseñarnos con clase
que no hay vida sin color
ni canción sin traductor
ni Limerick que no case.

Existen Abrazos Rotos
y ambigramas del revés
pero al oír '¿Qué hora es?'
'¡Ocho!' gritan los devotos.

'Wer bist denn du?' preguntaron
'Pardon my french' contestó
y como no hablo inglés, yo
no entendí de lo que hablaron.
Sin querer años pasaron
pero todo sigue igual
yo le debo una postal
y a Tilburgo una visita
mas que esta Décima escrita
sea un regalo adicional.



En el tocadiscos:
Willi Herren  -  Wer bist denn du?

viernes, 19 de octubre de 2012

Algo dentro de ti.

La maleta vacía debajo de la cama, postales por contestar y un posavasos traído de algún bar con cerveza y conversación. Ya hace frío afuera y tú corres de un lado a otro como cualquier metal en busca de imanes. Te despiertas, avanzas y duermes.

El silencio es pegajoso y adictivo. Sigues los pasos de quienquiera que parezca de fiar. Alzas la ceja. Cenas. Guardas tu mundo entre las dos próximas páginas del libro que compraste en el aeropuerto. El frigorífico cruje y algo hace crac dentro de ti.

Un hálito de mezquindad parece flotar en el aire y tú lo respiras con gesto tranquilo, de viejo fumador. Anotas en la agenda nombres de gente corriente, como una memoria externa, como un basurero en la puerta de casa. "Todo tiene una razón de ser" hace eco en algún pensamiento; "soberana gilipollez", te dices. Absolutamente todo es porquería. Más o menos ordenada, pero mierda al fin y al cabo. Eso te gusta. El fango, los detritus.

El caos es acogedor a su manera y tú sabes entenderla.

Te miras sin parpadear. Sales y caminas de aquí para allá sin buscar nada. Todos quieren algo y eso les hace impuros, pero sobre todo vulnerables. Tú vas y vienes atravesando la niebla que emborrona los días, destruyes cada sentimiento, fulminas las almas.

Estás quieto en mitad de la nada. Una leve brisa te hace parpadear y algo hace crac dentro de ti.




En el tocadiscos:
Blood, Sweat & Tears  -  And when I die
Y también:
Nacho Vegas  -  Cómo hacer crac

lunes, 8 de octubre de 2012

Las manos de mi padre.

Mi padre tiene las manos enormes.
Los dedos gruesos como estacas
cubiertos de piel ajada
atestada de surcos parduzcos
y callos amarillentos.
Las uñas duras y romas
como cantos rodados.

Las grietas de sus manos hablan;
hablan de la tierra silenciosa
de la llovizna a través de los días.
Cuentan historias de soles de justicia
y de gotas de sudor
que explotan contra el suelo.

Las manos de mi padre
no están hechas para tocar el arpa
-queda claro-
ni para comer
ni para acariciar
(o quizá para acariciar sí:
no seré yo
quien robe ternura al mundo).

Pero cuando unas manos como las suyas
se yerguen poderosas
soberbias
inquebrantables
es sosteniendo una herramienta
con la pericia de una cultura entera
y la fuerza de todos nuestros antepasados.
De alguna forma
en ese momento
el hombre, el universo y el pasado
son la misma cosa.
De alguna forma
en ese momento
el hombre, el infierno y el futuro
poco importan.



En el tocadiscos:
Joan Manuel Serrat  -  Nanas de la Cebolla

sábado, 6 de octubre de 2012

Conato.

Estaciones en binario
píxeles ocres girando
ratones tomando el mando
de las manos del usuario.
Libretas hacen sumario
mas no suman bien los datos
que escupen los aparatos
entre destellos de espanto
y distorsiones de llanto;
prueba / desastre / conato.

Información en la ducha
te toca, mas no te cala
será buena o quizá mala
pero seguro que es mucha.

Ondas cortas en desfase
impulsos de andar por casa
corbatas suben la tasa
de intereses de otra clase.
Modelos sirven de base
a los rápidos trileros
que entre no-debos y quieros
desenchufan la pantalla
mueven un poco la raya
y te roban los dineros.



En el tocadiscos:
Thelonious Monk  -  Four in one

lunes, 1 de octubre de 2012

¿En qué momento?

¿Adónde marchó la canción protesta?
¿Adónde se fueron los cantautores
que haciendo caso omiso a sus temores
usaban la palabra que molesta?

¿Los periodistas hacia dónde huyeron?
¿Sus crónicas dónde las han dejado?
Que hubo un tiempo quizá no tan pasado
en que sus letras impresas dolieron.

¿En dónde duerme la gente normal
que discurría y vivía y soñaba
y gritaba haciendo el mundo girar?

Política, economía mundial;
¿En qué momento se quebró la traba
que unía lo rentable y lo moral?



En el tocadiscos:
Luis Pastor  -  ¿Qué fue de los cantautores?

viernes, 21 de septiembre de 2012

Desnudo me hallo.

Hace tiempo que no como. Me gusta esta sensación de debilidad, este agujero en mi estómago que marea ligeramente mi cabeza. El cuerpo me pesa, parece que me vaya a caer en un sueño larguísimo y que abajo no habrá suelo. Soy ligero y denso al mismo tiempo, todo discurre lento. Lento en mí; el mundo sigue a la velocidad de siempre.

En algún instante que pasó desapercibido me separé de la realidad. Estar solo es agradable. Poder desaparecer, ser nadie. Mas no se puede vivir mucho tiempo así, alejado el yo del objeto, pudiendo callar, desoír, no explicar. De momento es una apasionante libertad a la que me aferro.

Nunca he sido caracol con mucha casa. Me muevo sin carga. Hace años aprendí que no hay nada más valioso que no necesitar nada. De algún modo eso podría ser la felicidad y la muerte por ende. No hay nada más valioso que la muerte. Desnudo nací; desnudo me hallo. Ni pierdo ni gano. Todo lo que merece ser acumulado debe caber en los poco más de mil doscientos centímetros cúbicos de mi cerebro. El resto nada vale.

Yo modifico el objeto. La materia no deja de ser una metáfora de mi inutilidad para valerme por mí mismo. Para ser yo. Del mismo modo que la luz es un error de la nada y el pasado una broma de la imaginación.

No existe responsabilidad sin sueños. Durísima afirmación que me partió la cara.




En el tocadiscos:
Sierra Leone  -  Mt Eden Dubstep

viernes, 7 de septiembre de 2012

Antihéroe.

Los chicos duros
encienden cigarrillos
sin filtro
apuran la chusta
hasta quemarse los dedos
y follan con ropa.
Siempre saben qué decir
conducen bólidos de madrugada
apuntan al pecho
y casi nunca fallan.
A la altura de sus ojos
se espesa el aire
debajo de sus pies
no hay infierno
y el futuro es para ellos
ropa tendida.
Los chicos duros
sangran por honor
o por pasión
son fugaces
como relámpagos sin estruendo
y escriben leyendas
en el espacio que abarca un paso.

Yo cuido mis pulmones
por si he de correr
me lavo las manos
y a penas me masturbo.
Suelo ordenar miserias
coleccionar palabras
y el café me sienta mal
pero a veces me arriesgo.
Mi espalda casi no funciona
como si el aire
pesara sobre mis hombros
como si la gravedad
me venciese de antemano
como si lo que venga...
esa mentira.
Yo no entiendo de rebeldes
tampoco de causas o mitos
por eso me tomo mi tiempo
entre tormenta y tormenta.

A ella le quedaba bien la bufanda
de lana
el viento en el pelo
urdiendo derrotas
y evocando delirios.
Sabiéndome incapaz de decir
la frase de plomo
aunque la hubiera ensayado
en diez realidades
paralelas.
Segura
-a un tiempo triste
y encantada-
de que yo nunca fui
un chico duro.

Se subió en el autobús
y desapareció
mientras yo
hurgaba en mis bolsillos
buscando otros universos.




En el tocadiscos:
M-Clan  -  Balada del desarraigado

domingo, 2 de septiembre de 2012

Te regalo enero.

Vuelven las horas dormidas
a anidar entre mis dedos
cuando es pronto todavía
para hablar de desconsuelo.

No hay cordura, no hay medida
no hay locura ni loquero
que comprenda esta deriva
de patera en el estrecho.

Cuento las tardes perdidas
observando los veleros,
pienso costuras cosidas
a los bajos de mis miedos.

Vuelvo la cara a la vida
te regalo el mes de enero
pero esta morriña mía
para siempre me la quedo.




En el tocadiscos:
Leiva  -  Telediario

miércoles, 29 de agosto de 2012

Algunas vidas (II).

Sentado en una tumbona por la que ha pagado algo más de diez euros en el Carrefour, mirando a la rectísima línea que dibuja el mar allá a lo lejos mientras sus dos hijas chillan y hacen saltar arena por los aires piensa que ha hecho algo mal.

Nació en el seno de una familia de Madrid de toda la vida, modesta pero sin pasar apuros. Fué a un colegio de curas y se divirtió y aprendió lo normal en los ochenta. Tuvo una adolescencia aceptablemente rebelde. Tonteó con las drogas y fue a la universidad, escogiendo sin un porqué claro la literatura. Seguramente de ahí vienen sus tendencias depresivas y algunos brotes de esquizofrenia que nunca ha comentado con nadie. Se enamoró cuatro veces, sin contar a su novia del instituto. La primera vez poco después de entrar en la facultad, de una rubia flaca y lectora obsesiva de Neruda y Keats. La segunda de una profesora adjunta, con la que el sexo era realmente bueno, que siempre le hablaba de huidas y futuros en países exóticos. Otra de una cajera de supermercado con la que no tenía nada en común, pero con la que todo parecía ir bien; hasta que se enteró de lo del otro. Y por último de su mujer, de la que hace mucho que no es más que marido y amigo ocasional.

Sus dos hijas llenan gran parte de su vida. Y la tranquilidad y los libros ocupan el resto. Pero tiene la amarga sensación de haberse perdido demasiado. Debería haber viajado a oriente. Haberse comprado un barco de vela. Tendría que haber sido infiel y haberse emborrachado con malas compañías hasta llegar a la enfermedad mental o a vivir en la calle.

Nunca se perdonará no haber acabado su novela. Al menos en ella está casi todo lo que falta en su vida.




En el tocadiscos:
Philip Glass  -  The Hours

jueves, 23 de agosto de 2012

Aféitate.

Mírate ahí, con música suave
y lluvia en los cristales.
Tienes que graduarte las gafas
y comer mejor;
aféitate
y cambia las sábanas.

¿Las cosas normales no te gustan?
Introducción-nudo-desenlace
¿transgresión?
yo he visto ya morir a los valientes
entre poemas de riesgo.
Gravedad es gravedad
elementos finitos que se esparcen veraniegos
caen
apoyan sus brazos
fijos, fijos, fijos
fijos de veras.

Ándate a la cama
deja de sentirte miscible
que la realidad separa entidades
sin esfuerzo
ni piedad
sin aviso.
Que crear es capricho de idiotas
idiotas caprichosos.




En el tocadiscos:
Worlds End Girlfriend  -  The Colors of Adventure

miércoles, 15 de agosto de 2012

Misterio.

Empezar con el verbo empezar es una redundancia más que lógica, dice después de un rato mirándose las manos. Alargamos la tarde de sol junto a hordas de gente sin nada que contar. Es una manera como cualquier otra de parecer normales.

A él le apasionan las novelas de Verne y yo nunca quise ser exploradora. La casualidad tienen raros descuidos. No para de hablar, es indispensable que el torrente de pensamientos vayan siendo escupidos sin medias tintas, asevera cuando le digo que estoy harta y que no le escucho, no hay mejor manera de olvidar nuestra pueril existencia. Y seguramente tiene razón. El caso es que yo quiero escalofríos y sudor de entretiempo y él sólo me ofrece circunloquios.

Divaga sobre amor y política, valores y arte, destinos miedos furia hambre. Y el misterio es lo que, sin duda, nos mueve, o, mejor dicho, lo que nos mantiene vivos, sus ojos están clavados en mis piernas como si leyera en ellas, si no es el misterio, querida, creo que nada nos mantendría a ti ahí y a m

domingo, 22 de julio de 2012

Conclusión.

Entre cerveza y cerveza
y el humo de algún cigarro
se desata el despilfarro
de la duda y la certeza.
Extranjeros con cabeza
intercambian opiniones
de economía y naciones
de mentiras y riqueza...
Y concluyen con crudeza:
¡Europa de los cojones!




En el tocadiscos:
Amy Winehouse  -  You sent me flying

viernes, 20 de julio de 2012

Sucede.

Quisiera romperme
como una ola
romper las reglas
los moldes
romper la barrera del sonido
sin motor
romper la baraja
romper el hielo
y el miedo
romper el silencio silbando algo alegre
romper la monotonía
que no nos ata.

Pierdo los papeles
la esperanza
pierdo la compostura y el tiempo
pierdo el norte
la fe
y por perder
pierdo
hasta el modo de perderme.

Y así pasa la vida
pasan los trenes
las estaciones
y las gentes
pasan cosas hasta ser del pasado
agua pasada
imbebible
somos aves de paso
con plumas de colores y versos pasados de moda
con vuelos de perfil bajo
pasamos sin hacer ruido
como pasan las almas
al purgatorio
y mientras todo pasa
sin darnos cuenta sucede
todo.




En el tocadiscos:
Elphomega  -  Emergency

martes, 17 de julio de 2012

Hambre de colores.

Carmesí, fucsia, cobalto, escarlata
ámbar, chocolate, sepia, ciruela
azul de prusia, miel, tierra, canela
burdeos, verdemar, lila, gris plata

café, granate, verde botella, mandarina
pizarra, caqui, cinabrio, marrón
crudo, lima, índigo, negro carbón
carmín, terracota, coral, sanguina

lavanda, pistacho, melocotón
hueso, malva, caramelo, ultramar
mostaza, violeta, tierra, amarillo

calabaza, turquesa, bermellón.
azafrán, coral, blanco nuclear
borgoña, marengo, rojo ladrillo.




*Un soneto no tan arbitrario, dedicado a Paul des Pays Bas (aunque falte el naranja).
En el tocadiscos:
Nana Mouskouri  -  De Colores

sábado, 14 de julio de 2012

De agua sucia y voluntades.

La misma cosa no se hace igual dos veces. Es necesario, de vez en cuando, cambiar la manera de mirar ahí fuera. Ir a otra playa. Poner otro fondo de pantalla en el ordenador. Darle la vuelta a la almohada.

Soy un incondicional de las rutinas, maniático a veces. Pero cuando el calorcillo que irradia el día a día se hace denso y pestilente no queda más remedio que carraspear, rascarse la cabeza enredando un poco el pelo y apretar los dientes.

En España hace ya tiempo que el agua está estancada. No puedo imaginar nada mejor para mosquitos, sanguijuelas, mules y demás fauna parásito-carroñera, pero quisiera pensar que soy una suerte de salmónido o una anguila, llegado el caso. Me escurro pues, con una sensación contradictoria de rabia, ilusión, lástima y emoción. De fondo resuenan ecos de "no hay más remedio*", "nos lo hemos buscado", "no es malo" y otras cantinelas habituales ya en el hilo musical del pantano.


Al este del edén comentan a veces que el que cree que en España se vive bien es porque nunca ha salido. Razón no les falta. Somos inigualables mirándonos el ombligo, pero en los últimos años la panza ya casi ni nos deja verlo. No puedo negar que siento cierta debilidad por el romanticismo de la soledad, las paredes con gotelé, las sandalias con calcetines, viajar en tren, leer libros en bancos junto al lago, el desamparo de no entender lo que te dicen, la lluvia pegada al vídrio, la moqueta no demasiado sucia, las puntillas de adorno y la comida con mucha salsa. Al igual que pocos pueden aborrecer el trabajar sin intromisiones, la puntualidad, los buenos modales, la cerveza de calidad, las flores y periódicos para coger uno mismo y pagar en una cajita, acabar la jornada a las cuatro y media y que se le trate a uno con respeto.

Por descontado hay que renunciar a ciertas cosas. Algunas leves, como las chicas guapas, los toros y la siesta; otras no tanto, como los días grises en la playa, los buenos amigos y la comida de una madre. Pero las nubes y las montañas van casi siempre de la mano y, mientras unas se mueven, las otras permanecen desafiando al entendimiento.

¿Es la voluntad maleable como las nubes o perdurable como las montañas?



*Nótese la fecha del artículo.
En el tocadiscos:
Violeta Parra  -  Run Run se fue p'al Norte

viernes, 13 de julio de 2012

Lo que ocurre mientras tanto.

Toneladas de tierra derretida
se extienden con arrugas de dolor
más allá de líneas establecidas
mientras se escucha la misma canción.

Cables metálicos uniendo vidas
entre nudos y ruidos, un adiós
de los ya huídos o aún en huída
mientras se escucha la misma canción.

Pupilas que ya no ven las cortinas
ardiendo al lado del televisor
empequeñecen con la luz del día
mientras se escucha la misma canción.

Tatuajes viejos de tinta china
destiñen con lágrimas y sudor
vistiendo de luto aquellas heridas
mientras se escucha la misma canción.

Palabras que nunca serán escritas
sabidas, pensadas, dichas o no
mueren sin conocer cartas perdidas
mientras se escucha la misma canción.

Caminos cruzados en armonía
buscan sus casas sin solución
¿buscan la tuya o acaso la mía
mientras se escucha la misma canción?





En el tocadiscos:
Xoel López  -  Buenos Aires

sábado, 7 de julio de 2012

Dos edredones y un perchero para tres abrigos.

Hay un perchero para tres abrigos
en una habitación con dos camas
dos sillas
una mesa
un armario
una lámpara
y una ventana que mira al cielo.

Se oye música tecno a lo lejos
y casi se intuyen
los saltos y los gritos de mujeres y hombres
que sostienen cervezas espumosas
y tambaleantes
cuyas mejillas van volviéndose
de color rojo violáceo
y cuyas sonrisas van ensanchándose
más allá de las orejas.

Hay una televisión también
-perdón por olvidarlo-
con un punto rojo luminoso
como la mira de una escopeta que apunta
directamente
a mi frente
atraviesa mi cráneo
y hace recordar entre mis maltrechos sesos
un poema casi perdido
que escribió un noséquién:


Detrás de la puerta verde
que esconde secretos viejos
hay un ederedón caliente
para las noches de invierno.

Lo encontré en una ciudad
alegre para los locos
bella aunque no tenga mar
y atroz si la vives solo.

Si algún día tienes frío
pero sólo en ese caso
recuerda lo que te digo
y cógelo sin reparo.


Hay además
dos edredones
que no uso.




En el tocadiscos:
Elliott Smith  -  Needle in the Hay

viernes, 15 de junio de 2012

Imitando a las mariposas.

No soy yo ese que espera. O puede que sí, pintando las paredes con lápices de colores. Mira, sí, dibujo aprovechando las grietas de esta casa que olvidaré y trazando las líneas quebradas que el caos ordena. Espero con el pelo revuelto cayendo despacio hasta el suelo, retando al viento y al tiempo.

Abrumado por las montañas de huesos orgullosos de sus tuétanos, revuelvo mi espera y reconozco las marcas en mis manos contando historias de golpes y sonrisas. De veranos cortísimos. Esta espera es un insomnio acalorado artificialmente, obligado por el hedor de las horas vivas y las palabras secas. Seguro todavía de poder morir joven como hacen las mariposas, sigo esperando.




En el tocadiscos:
Anni B Sweet  -  At home

jueves, 7 de junio de 2012

Los rincones desconocidos.

Quizá no conozcas los rincones
escondidos bajo las venas de las hojas
que ablandan los caminos sombríos;
ni los espacios contrariados
que separan distintas falacias
y se dejan engullir por la diáspora
de los últimos desterrados.

Hay rincones intactos
como las copas de las nubes sin agua,
esas que antes de deshacerse
oscurecen las más altas frentes;
lugares como los suelos fríos
donde han dormido niños
de ojos eternos y manos rojas.

¿Qué rincones nos esperan
a los que todavía creemos
en la resonancia de las verdades
más allá de los muros de la confianza?




En el tocadiscos:
Sigur Rós  -  Varúð

martes, 29 de mayo de 2012

Itinerarios.

Escuecen los días no tan triviales
fugaces y raros al suceder
tenaces e ingratos, nada que ver
con nuestras tardes en los soportales.

Escuecen las frases de las postales
discretas y amables en apariencia
certeras, letales, pura paciencia
de alguien que vive de errores fatales.

Son anchas las arterias del olvido
y siempre arrastran al mismo final
como mariposas volando al viento.

Son cortas las arterias del olvido
y siempre se encuentran en el final
como lágrimas de remordimiento.




En el tocadiscos:
Crystal Castles  -  Empathy


martes, 22 de mayo de 2012

Después de llover.

Ha parado de llover. El sol de antes de cenar, exhausto, sazona toda la gama de verdes con especias anaranjadas. Las sombras se hacen nítidas y se estiran en busca de otras sombras. El asfalto guarda humedad todavía pero ya deja que los niños chuten pelotas y saquen las bicicletas. Se escuchan pájaros a lo lejos y no hay viento, todo es quietud.

Dos muchachos caminan por un sendero junto al río, que esquiva chopos y robles. Avanzan en silencio, enredando los dedos de sus manos de vez en cuando. Ambos miran al suelo. Sus ojos reflejan demasiada seriedad para ser primavera. Ella tiene miedo y frío pero él no.

La chica piensa en realidades, cansancio, cuentas y horas extra. Valora objetivos y experiencias, viajes en coche y cenas en familia.

El chico tiene ilusión.




En el tocadiscos:
The Mamas & The Papas  -  Dream a little dream of me

martes, 15 de mayo de 2012

Un niño que mira.

Ahí, en la calle, hay un niño
que mira con curiosidad
a la gente sentada en círculos
concéntricos
como las ondas que un día
él mismo
descubrió tirando una piedra al lago.

Mira serio
con cierta vergüenza
la barbilla apoyada en el pecho
la boca a medio cerrar
las manos dos péndulos impacientes
que cuentan respiraciones
los ojos dispersos en mil rincones
de la plaza.

No está seguro de lo que pasa
pero mira y lo sabe importante
porque hay un silencio estrecho y sincero
entre unas personas y otras
mientras alguien habla pausado
grave
casi triste.
Lo sabe importante porque allá
apartados
vigilan esos que castigan
a los que se portan mal.

Ahí hay un niño que mira
y aprende
cómo los adultos juegan a ser adultos
unos corren; otros pillan
unos ríen; otros gritan
unos ganan; otros no.

Dentro de unos años
cuando el niño mire atrás
verá que todo
era absurdo
porque las reglas del juego
no eran iguales para todos,
pero ahora
con todos estos señores y señoras sentados
como fruta que se desprendió de un árbol
y los pájaros volando allá arriba
escogiendo bocado
sólo queda mirar como un niño
y esperar que germine
alguna semilla.



P.S. Este poema es una especie de respuesta a aquellos renglones que escribí hace algo menos de un año.

En el tocadiscos: Nada.

jueves, 10 de mayo de 2012

Bourbon y jazz.


Le hablé del smooth jazz y ella asintió automáticamente mientras jugaba con un mechón de mi pelo. En su mente sólo estaba la siguiente copa que saldría de mi billetera.

Después de vomitar, sus labios se me antojaban menos apetecibles. Le di un beso en la mejilla y le pagué un taxi. Caminé hasta el tugurio de siempre y le pedí al camarero un bourbon y una de Bob James.



En el tocadiscos:
Lee Ritenour & Bob James  -  Westchester Lady

viernes, 4 de mayo de 2012

Lo demás es sólo ruido.

Siete por dos de acuarela y pinceles
me despiertan pasado el mediodía
sin el tran-tran casi de valentía
casi de resaca de aquellas mieles.

Cuatro veces diez sin pena ni gloria
cansan como los salmos de las viudas
como cuando te juro que me ayudas
eligiendo muerte en vez de victoria.

Veintitrés de cada cien suenan bien
y lo demás no sirve, es sólo ruido
ruido de que te vas, ruido de tren

ruido de lágrimas, algún ladrido
ruido de perdón o ruido de amén;
ruido del que (te) quiere y no ha podido.




En el tocadiscos:
Beast, please be still  -  Annihilate everithing that exists!

viernes, 27 de abril de 2012

Otra cosa.

Me enseñaron a pensar desde chiquito
a no usar los dedos al contar
a mirar de reojo a la suerte
a saber si sé o si no sé.
Con más o menos maña multipliqué
por aquí y por allá
marcando fuerte
-borrando a veces-
en amarillo y negro
sin dudar de panes ni de peces.
En las divisiones sonreí
confiado en el reparto
día a un lado, noche al otro
paciente hasta los restos.

Ahora no salen las cuentas
algo hago mal
algo olvidé
alguna bolita del ábaco
me birló la vida.

Todo aquello ya no sirve
dicen
los que se sabe que saben.
Todo aquello era otra cosa
otra cosa no más bella, grande, suave o feliz
tampoco inútil, rota, falsa o fugaz
simplemente
otra cosa.

Pero no
yo me resisto
quiero saber aunque no sepa cómo.
Me lo cambiaron todo
desde la A al 9
ya solo puedo resistir
respirando lo que sé
y buscando otra vez
quien me enseñe.



En el tocadiscos:
Marlango  -  Si yo fuera otra

jueves, 26 de abril de 2012

Confieso que he pecado.

Confieso que he pecado. Me arrepiento, señor, pero no puedo jurar no volver a hacerlo. He pecado mucho y he sido consciente de ello. He imaginado como arrancaba la motosierra y caminaba hacia él con paso firme. Apretaba el acelerador hasta que el rugido de la máquina envolvía sus gritos ahogándolos y, lentamente, acercaba la hoja a su hombro. No podía moverse. Estaba paralizado de pánico y su cara mostraba un gesto descompuesto de horror. Al principio la carne ofrecía resistencia al giro de la cadena. Perdí un poco la orientación, me salpicaba en la cara y no podía abrir los ojos. Sus espasmos me impedían penetrar en el tejido, pero pronto llegué al hueso. Vi a Dios entonces. Me miraba y sonreía, me señalaba con el dedo y me pedía más. Más sangre, más ruido, más dolor. Debería derretirme de remordimiento, pero no. Sólo me arrepiento y confieso mis pecados. No pido perdón. Sólo me arrepiento.



En el tocadiscos:
Converge  -  No Heroes

sábado, 21 de abril de 2012

Un vidrio doble.

Los andenes en vísperas de la Aurora son como mi alma: un vidrio doble, con rotura de puente térmico. Son un hijo buscándose la vena, errando de salvaje. A esa hora dentro del tren la calle no existe y hay temor, mas no a lo desconocido.

Pasa el revisor.

Las máquinas vibran antes de sentir las primeras llamas calentando el infinito. Quietud. Ahora un quirófano, donde se extirpan cinismos y se arrojan a un cubo metálico envueltos en luz blanquísimamente tenue y en fundas de renfe.



En el tocadiscos:
Band of Horses  -  The Funeral

jueves, 19 de abril de 2012

Algunos misterios.

No hay nada si lo conozco todo
desde tus tacones al horizonte
desde la luna a tu ombligo
desde tu cadera
a tu otra cadera.

No hay nada si no cierras tu abrigo
en una cruz de San Andrés
en esa forma y ese modo
pudor en nombre
del frío.

No hay nada si lo que piensas
ilógico como el universo
infame como el mañana
es descubierto
y entendido.




En el tocadiscos:
Xoel López  -  Postal de N. Y.

viernes, 13 de abril de 2012

Costumbres.

Acostúmbrame
oblígame a llevar el reloj en la otra mano
muy prieto
y el balanceo volverá
igual que la brisa
en cada faro.

Recuérdame que riegue la ropa
que empapa el armario
para que no se agriete
lacia
acostúmbrame a escurrirla
solo los martes.

Espérame si puedes
detrás de la roca y la espuma
unidas
acostúmbrame a separarlas
con paciencia.

Pero enséñame
tal y como sabes
tal y como haces
tal y como acostumbras
como acostumbras a todos
a querer que les obligues
a recordar
a esperar
a aprender.




En el tocadiscos:
Como el Agua  -  Camarón

miércoles, 11 de abril de 2012

El hombre medio.

Cierra el libro de mala gana. El sueño aprieta y las páginas amarillentas le han sorprendido ya en un par de renuncios. No quiere perderse ni una palabra del manojo de maravillas que aquel alemán escribió años atrás, así que se entrega al duermevela que le transportará pesadamente a otro mañana.

Masca pensamientos extraños, con un pie allí y otro acá. Imágenes, flashes, palabras, sensaciones cruzan ante sí sin aparente conexión.

Es un hombre medio, sin duda. A veces cree que tiene una misión. ¿Acaso no lo creen todos? Ser feliz, se repitió en la juventud una y otra vez. Tanto que terminó por olvidar el significado de la palabra. Por eso ahora le queda el ser. Y se plantea si no tendrá más sentido así. El hombre medio tiene tendencia a preguntarse cosas y a responderlas sin meditar demasiado. El descanso de conocer una verdad es reconfortante. De hecho poco importa la base en que se sostenga la veracidad de la solución; lo valioso es la condición de respuesta, de supresión de duda. Las dudas tienden a dotar al que las alberga de una creciente sensación de debilidad. A cambio, las respuestas superficiales le preñan de una quebradiza seguridad.

La ciencia en su concepción más empírica es un bálsamo para cualquier hombre medio. Dados unos datos y unas condiciones se llega a una solución. Incluso se comprueba experimentalmente la misma. Problema eliminado. Así llegó a lo que ahora es. Logros no despreciables, válidos, escribibles en papeles útiles y loables. Lo malo es tratar de aplicar esta metodología a campos más teóricos, más etéreos, menos límpidos al fin. Se nos afirma la existencia de 11 dimensiones y tratamos de imaginar. Con todas nuestras fuerzas dibujamos líneas perpendiculares al largo-ancho-alto de siempre. ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo? ¿Cómo crear, si ya para imaginar la dimensión temporal necesitamos asociarlo al movimiento?

Se atribuye un alma a cada hombre medio. Un espíritu. Una creencia. Una vida. Un destino. También dos caras: el humano y el animal, Jekyll y Hyde, Dios y el Diablo, el día y la noche. ¿Es computable el número de vértices de una esfera?

Despierta inquieto. Todavía no es de día, pero la noche ya pasó.



En el tocadiscos:
Sigur Rós  -  Heysátan (Heima)

miércoles, 4 de abril de 2012

Las vidas que no fueron.

Un día de estos prometo escribirte una carta diciéndote todo eso que ya no sirve de nada. Contándote las vidas que invalidé por una u otra razón. Disculpándome por lo que no hice. Prometo llenar folios con frases que narren lo que pudo haber sido y así, si quieres, podrás arrepentirte conmigo.

Te hablaré de las miradas que pararon el tiempo para dar abrazos que se anudaron sólo mentalmente, con una sincronía agónica. De las sonrisas paralizadas por la sombra del pudor. De tus manos, temblorosas y huérfanas, envueltas en soplos de aire que no salieron de mi boca. De los autobuses, los trenes, los aviones y los coches en los que te hundiste para alejarte sin vacilar -o con seguridad fingida-. De lo que ganaste y yo perdí.

Y de ese amasijo de secuencias marchitas iré deshilando la historia que debió ser. No hay segundas oportunidades, pero sí sueños inventados.




En el tocadiscos:
Regina Spektor  -  Eet

viernes, 30 de marzo de 2012

Paralelismos.

Hoy he mirado al cielo buscando respuestas
pero estaba demasiado celeste
vacío y primaveral.
Demasiado centrado en su inmensidad
para prestarme atención.
Estamos condenados a ser planos paralelos
convivimos sin tocarnos
él allá
el suelo y yo aquí.
Lo mismo que un Dios cualquiera
y todos los que le rezan
se buscan siempre, tenaces, devotos
sabiendo no hallarse.

He bajado la cabeza hasta el horizonte
donde, dicen, aquel cielo y mi vida
se tocan.
Rectas a la vista
entrecruzadas en el espacio
sin intersección posible.
Políticos, mendigos, empresarios, bebés
sindicatos, jubilados, estudiantes, muertos
inmigrantes, parados, enfermos, banqueros
coexistiendo sin entenderse
en una Torre de Babel en ruinas.

Pero a veces
sólo a veces
ni la coacción amiga de la hipocresía
ni la información amiga del interés
ni la violencia amiga del odio
ni la lógica amiga de las ideas
pueden sobreponerse a las personas
en plural
que son paralelas coincidentes.



En el tocadiscos:
Jorge Drexler  -  Milonga del Moro Judío

martes, 27 de marzo de 2012

Idas y vueltas (o decisiones).

Siempre fui reacio a tomar decisiones en días festivos. Más por mi fobia a decidir que por mi respeto hacia los días festivos. Pero dicen que con el tiempo uno se hace mayor y tiene que hacer cosas que no quiere, como meterse la camisa por dentro del pantalón, dejar de sonreír, fumar puros en bodas y leer en los periódicos la sección de economía. Sinceramente, me aterra pensar que esas cosas lleguen a ser parte de mí.

Cielo santo, ¿cómo voy a sucumbir yo a eso yo, que me rasco la entrepierna en público, que sigo pensando que Lucho es el que corta el bacalao en Luna Lunera, que no tengo zapatos y que todavía beso con miedo?

Pero ¡ay, amigos de veras! ¡ay, enemigos que vendréis! el camino se encarga de ser seguido. Mientras lo piso con la amabilidad de un caballo viejo, trato de pernoctar en estaciones de países lejanos, donde los viajeros cuentan las horas. Allí pienso, abrazado a mi abrigo verde de siempre. Miro mi calzado sucio y decido sin prisa, al tiempo que el ruido de un idioma desconocido me aleja de la realidad, de los agentes de seguridad con los brazos en jarra, de los enfermeros llevándose a un vagabundo inconsciente tras haber vaciado el mundo o una botella de vodka dentro de sí y de todo lo demás.

Luego subo a trenes que cercenan el amanecer inexorables, en busca de andenes abarrotados de almas de hielo que esquivan dudas con la vista fija en algún punto frente a sus frentes. Acepto el aire nuevo sobre mi piel y echo a andar, rápido, para que los alargados músculos tomen temperatura y para que mi mente vuelva, de alguna manera, a ser útil.

Al final sobrevienen los recuerdos, se apilan entre las cuatro esquinas de los ojos al ritmo de vasos chocando y pedaladas sin solución de continuidad. Los verbos que lo gobernaron todo vuelven a parecer adecuados, sea en forma de ilusión o de lo contrario. Y antes de poder darme cuenta, toca regresar.

Las cosas tienen que ser así, repentinas como los dedos de Cleveland Eaton destrozando el espacio entre dos fronteras. Absolutas como los ojos de Audrey Hepburn conteniendo todos los silencios. De otro modo, de un modo fácil, el vuelo de las mariposas sería brusco, los soles al rojo vivo no se entregarían cada tarde al mar y los dientes de una mujer mordiéndose los labios no causarían ninguna catástrofe.



En el tocadiscos:

viernes, 16 de marzo de 2012

Comunicación.

Hay tres ladridos cortando la noche.
Tres casi amigos diciéndose sí.
Tres ecuaciones buscando la incógnita,
de la que mañana me desprendí.

Tus mensajes en verso siempre me han resultado atroces. Amortajar la sonoridad que inventaste; encorsetarla entre anodinos espacios, saltos de línea y Times New Roman es peor que echarlos a la lumbre. No tengo el placer de conocer a los desarrolladores de Whatsapp, pero apostaría mi bulbo raquídeo a que mientras programaban no se imaginaban lo maravilloso que sería el sistema para el envío de poesía convencional. Apuesto a que veían más viable el uso de la herramienta como medio de comunicación entre enamorados, apropiado y optimizado para enviar "te cus" con ka y para quedar (también con ka). Ese otro tipo de poesía, en fin.

Y es que leer tus versos en la pantalla del teléfono es como mezclar la masturbación con el amor.



En el tocadiscos:
Azul y Negro  -  Technovision

jueves, 15 de marzo de 2012

Un postre.

Suceden días, igual que una madre
golpe a golpe espolvorea el azúcar
-blanco y dulce como arena de Luna-
tiñendo el pastel que nunca probaste.

Las certezas no son inexpugnables
los porqués nunca llegan a la altura
el deber no hará cenizas las dudas
que mastico siendo un hombre sin hambre.

¿Un hombre he dicho? Pobre iluso loco
no soy más que el tiempo que aún no está
el sabor de un postre que no conozco.

Viene, viene, viene y después se va
se aleja, como el licor del bizcocho
como tú de mí, sin mirar atrás.




En el tocadiscos:
Julia Fischer & Daniel Muller-Schott  -  Passacaglia (Händel/Halvorsen)

jueves, 8 de marzo de 2012

Respiraciones.

Una suave oscuridad
amortigua las corrientes
iniciáticas de un jueves
sin víscera ni moral.
Se oyen vidas respirar
ajenas a los tornados
soñando como alegato
en favor de las sonrisas
que contagiosas incitan
a enterrar el desencanto.




En el tocadiscos:
Maderita  -  Llegando hasta el Final
Llegando Hasta el Final by Maderita on Grooveshark

viernes, 2 de marzo de 2012

Seguidillas por Esteban.

Hoy vengo muy popular
y con la rima ligera
que traigo unas seguidillas
de la parroquia pepera.

El pobre González Pons
al que quiero como hermano
parece no tener sitio
en el equipo Mariano.
Se me ha quedado sin nada
por tener la lengua suelta
por defender a Garzón
y no ponerle de vuelta.

Rediós, Esteban del alma
con lo bien que te explicabas
hablando de los impuestos
y poniéndoles mil trabas
vienen ahora tus compis
el de la barba y Soraya
que gravamen a gravamen
han traspasado la raya.

Galán de camisa blanca
héroe de las señoras
dime qué es eso que tienes
que a todas las enamoras.

Amigo, te han traicionado
soterrando tu grandeza
y tu porte equiparable
tan solo al de la nobleza.
¿Qué decir? ¿Cómo explicar
el porqué de mi alabanza?
Pues porque estás a la altura
de Botella y Esperanza.

No puedo olvidar el día
que te entrevistó la Griso
cómo tiró alguna puya
y tú hiciste caso omiso.
Inquirió en la identidad
del PP como cristiano
describiste ese adjetivo
como un término mundano
como una tilde centrista
sin nada de tenebroso
sin nada que pueda daros
un sentido religioso.

En fin, genio incomprendido
voy terminando mi halago
espero que las gaviotas
te ayuden en el mal trago
y si no, no desesperes
sé que tienes buena escuela
y valdrás para el equipo
del Señor Rouco Varela.
Juntos lograréis poner
a esta España su cilicio
y evitar que se desmadre
entre sociatas y vicio.





En el tocadiscos:
Coro Madres PP Valencia - Somos Madres, mantenemos nuestra casa limpia y pura...

miércoles, 29 de febrero de 2012

Retrato -doble- (IV)

Se conocieron en una España poco agradecida aunque muy romántica. Ella era demasiado guapa para que le prohibieran llevar minifalda y para tener que trabajar entre prados y vacas. Él volvía de la mili en el País Vasco, fumando tabaco barato y con ideas rojizas heredadas de su padre.

Hubo verbenas con pasodobles y sonrisas tímidas, huidas en Seiscientos que duraban media tarde y bocas que se chocaban lejos de donde Franco alcanzaba a ver. Hubo carreras delante de los grises, sueños de estudiar una carrera e irse a la ciudad y dolorosos desengaños administrados en toscas dosis por amigos y padres. Hubo conformismo, paseos de la mano y boda.

Franco se fue y se llevó consigo muchos delirios de rebeldía y feliz transgresión. El machismo la llevó a ella a vivir en casa de él y a alargar sus faldas más allá de la rodilla. Las ilusiones se fueron apartando, dejando espacio para la responsabilidad, los hijos, la casa y los domingos de misa. Él olvidó emocionarla y se entregó a aquella España turbia de la transición. Llovía mucho como para que un par de calcetines tuvieran tiempo de secarse en un tendal encerrado entre dos niños y un patriarca.

Pero los niños crecieron y el patriarca murió antes de que los calcetines se pudrieran. La casa se hizo grande y los porqués fueron rescatados. El calor de la costumbre se mantuvo agradable hasta que el tiempo se expandió.

Hoy, en esta España poco agradecida y poco romántica, todavía hay noches que las manos de él acarician el pelo de ella para recordarle lo bella que es.




En el tocadiscos:
Mocedades  -  El Vendedor

viernes, 24 de febrero de 2012

Coberturas de polvo y nieve.

Se acumula el polvo en las superficies horizontales, formando una capa blanquecina y aterciopelada. Paso el dedo despacio y lo observo con asombro. El camino que acabo de trazar será tapado en cuestión de días, como las carreteras que son desnudadas insistentemente por máquinas quitanieves.

¿Qué importa el camino? ¿Qué importa la comunicación entre puntos más o menos distantes? El año próximo volverá a nevar. ¿Qué importa la frecuencia con que se limpie el polvo de los estantes? Los libros no van a envejecer menos solos, y los recuerdos horteras de viajes banales no van a ser más valiosos.

Avanza la tarde mientras la luz va cediendo al cansancio de un día inútil. Se escucha el ruido eléctrico y constante de los altavoces sin música a un volumen exagerado. Brilla la pantalla del ordenador a lo lejos, reluciente de información falaz y mediocre para gente concienciada y mediocre.

Leo la prensa a diario. Busco trabajo a diario. Y a diario pierdo la fe en todo. Sin embargo, a diario empieza un nuevo día para que la gente como yo pueda hacer lo que hay que hacer. Y para que el polvo siga cubriendo superficies y para que la nieve se derrita dejando llegar una primavera más ansiada que de costumbre.




En el tocadiscos:
Camera Obscura  -  Keep it clean

lunes, 20 de febrero de 2012

Cuando baja la marea.

Los secretos se me olvidan
tres pasos más allá
de la bajamar.

Vuelvo.

Hace días que no desdoblo
los pliegues -arrugas o nudos-
que me entrecortan el descanso.

Son mi particular guisante
como si tuviera yo
algo de princesa
o de confidente.





En el tocadiscos:
Lisa Hannigan - Little Bird

lunes, 6 de febrero de 2012

Inocencias que arden.

En la vena desollada
escarbada sin mesura
de una pobre criatura
se tatúa con espada
la inocencia descarnada
que proclama sangre pura
agua a prueba de cordura
fuego oculto en la mirada
aire que no airea nada
cuando empieza la tortura.

No sea cobarde y acuda
al juicio del porvenir
¿qué perdón podrá existir?
flor sin pétalos, desnuda
boca de palabra muda
por contemplar y sufrir
¿cuándo volverá a vivir
la certeza de una duda
en la mente rota, cruda
de esa puerta sin abrir?





En el tocadiscos:
No Clear Mind  -  Static

viernes, 3 de febrero de 2012

Algunas vidas (I).

La lluvia había cesado, pero sus pies seguían encharcados. Cada vez estaba más convencido de que nunca se acostumbraría a aquel clima. La humedad no era ningún problema -de hecho, le hacía sentirse cómodo- pero el frío era excesivo. Más insoportables aún eran los horarios. Levantarse cada mañana a las cinco y media aseguraba tener un humor de perros durante todo el día. Un hombre como él, con estudios, con idiomas, proveniente de una familia de clase más baja que media, capaz por tanto de sobrevivir en un mundo de hienas, debería estar mucho más valorado.

Llegó por fin. Sacudió el paraguas y entró en el edificio. Una ola de aire caliente le apartó el pelo, todavía mojado, de la frente. Medio minuto después tuvo que quitarse las gafas, totalmente empañadas. Comenzó el ritual de saludos, sonrisa forzada mediante, interrumpidos a veces por una leve carraspera. Desde que llegó allí, una especie de tos crónica le acompañaba hasta la hora de comer. Ocupó su puesto, en un escritorio grande, con un ordenador de sobremesa, y suspiró en un gesto a medio camino entre de alivio y de resignación. Todavía era noche cerrada y no podía dejar de recordar las mañanas soleadas y alegres de su tierra.





En el tocadiscos:
El Columpio Asesino  -  Floto

martes, 31 de enero de 2012

Si el fin les llega.

No sé si alguna vez os ha pasado
ocurre, qué sé yo, cuando se miran
beben las luces brillantes, deliran
rompen el fue y el será. Dios cegado.

No sé si alguna vez os ha pasado
ocurre, qué sé yo, cuando caminan
disuelven las voces graves, fascinan
acompasan al mundo. Dios atado.

No sé si alguna vez os ha pasado
ocurre, qué sé yo, cuando el fin llega
ven incrédulos sus vacías manos

sienten la nada y el todo a su lado
luces, tiempo, voces, mundo que niega.
Dios muerto para sacros y profanos.





En el tocadiscos:
Hildur Guðnadóttir - Erupting Light

miércoles, 25 de enero de 2012

Sentados una noche (o una historia de ríos y hogueras).

Sentados, saboreando el barullo sordo de los que se divertían allá, medíamos el silencio acorralándolo entre frases cortas y certeras. No tenemos mucho que decirnos. Nos conocemos bien y sabemos que es suficiente con compartir la noche -que se ofrecía complaciente y cálida- sin enredarnos en conversaciones metafísicas. Comentar lo asombroso -por simple que parezca- de la incesante lluvia norteña en aquel enero que empezaba a retorcerse, puede ser un pasatiempo impagable en esta época de prepotencia ensayada.

En esas andábamos, cuando un muchacho de pequeña estatura, nariz huidiza y barba rala se separó del grupo de alborotadores. Tenía aspecto desaliñado, vestido con ropas de colores otoñales y resobadas en rodillas y codos. Caminaba en busca de un equilibrio esquivo, recitando una incomprensible retahíla de palabras.

Se acercó a nosotros, y tomó una silla. La colocó a un par de metros y se subió encima. Todo esto sin dejar de hablar, balbucear, recitar, o una mezcla de lo anterior.

... Oh, valientes ignorantes... oh, ilusos vividores, rufianes afortunados, disfrutad mientras podáis, disfrutad mientras podáis. Pronto tomaréis conciencia de lo volátil de vuestra felicidad, pronto, pero ahora saltad beodos de mentiras, empachados de planes y promesas. Sí, de promesas. Después el río seguirá su curso, bravo e implacable; arrastrará la ropa de los que se desnudaron antes de tiempo, lamerá cada palmo de tierra dejándola empozada y yerma y desembocará en mares gloriosos a la par que leviatánicos. Monstruosos, ya llegará. Ahora no lo sabéis, ahora no me creéis, pero vuestros ojos lo verán. Los míos ya no ven, ya no quieren ver, podridos de tanto mirar hogueras que arden, destellos macabros y crepitantes devorando paños y consuelos. Están por todas partes, oh, infelices. Las hogueras en que antes se chamuscaban herejes, se prenden ahora bajo inocentes engañados, inocentes que bailáis como si celebrarais vuestro fin. Sí, vuestro fin...

El orador saltó de su improvisado púlpito sin dejar de hablar. El discurso, como una oda clamada al cielo, era acompañado de exagerados aspavientos. La situación era extraña. El tono de letanía nos había envuelto y nos tenía presos de un éxtasis enfermizo.

Todavía ahora me dan escalofríos al pensar en aquel profeta salido de quién sabe qué manicomio.





En el tocadiscos:
Múm  -  The ballad of the broken string

martes, 17 de enero de 2012

No más allá.

En el hueco de su mano
bruma
cabe todo lo absurdo
que los tiques de metro
impregnan
llegando no más allá.

Guarda recuerdos de lugares
que no ha visitado
Praga, Bucarest, San Petersburgo
el París que nadie conoce
sin torres
sin enamorados.

Desde la horizontalidad
y el sudor sombrío
siendo un feto senil
se automutila
y es silencio letal
y entiende.





En el tocadiscos:
Edith Piaf  -  Sous le ciel de Paris

viernes, 13 de enero de 2012

Casi igual.

Alguien en algún lugar está ahora mismo en una cama leyendo. Tiene los pensamientos guardados en un cajón y se deja llevar por el río del argumento. Mañana tendrá que madrugar, pero eso ahora poco importa, al menos hasta el final del capítulo que sus ojos se afanan en descoser. La luz, centrada en el libro, baña de soslayo la habitación, mientras dedos acarician las páginas de un modo cariñoso, casi sexual.

Alguien en algún lugar está ahora mismo en una cama durmiendo. Hace ya más de una hora que se abandonó al universo de los sueños, y ahora nadie sabe en qué pliegue se halla su mente enfrascada. Mañana tendrá que madrugar, pero eso ahora poco importa, quedan infinitas vueltas sobre el colchón en busca de un modo de no salir del onírico mundo al que cada noche regresa. Su gesto es de sufrimiento contenido, casi agónico.

Alguien en algún lugar está ahora mismo en una cama masturbándose. Su mano, precisa como un florete, dibuja en silencio formas imposibles. Mañana tendrá que madrugar, pero eso ahora poco importa, no hay forma de volver atrás cuando se ha entrado en barrena; girando, girando, girando. Por un instante toma conciencia de lo grotesco de la escena, pero pronto vuelve a la imagen que le impregnaba de levedad y se entrega a un placer hondo, casi atroz.

Alguien en algún lugar está ahora mismo en una cama escribiendo. Los dedos martillean el teclado tocando una sinfonía caótica, al tiempo que su cuello se entorna buscando un dolor antiguo. Mañana tendrá que madrugar, pero eso ahora poco importa, no puede traicionar a las palabras que le brindaron un quizás, ni condenar a la inexistencia un párrafo por puro desdén. Además el texto y las ideas se han imbricado como una baraja de cartas, de forma simétrica, casi ilógica.







En el tocadiscos:
PJ Harvey - The words that maketh murder

miércoles, 4 de enero de 2012

Tempestades.

Las alfombras que no vuelan
y aquél temor de los hombres
me niegan los nubarrones
que inventé con acuarelas.
¿Es la nieve que no llega
envuelta con sus reproches
la culpable de mis brotes
de arrogancia? Si así fuera,
le pido al cielo que llueva,
que inunde en lágrimas ocres
los despojos de mis dioses,
que arranque con mil galernas
los faros que hay en mi tierra
y que me preñe de adioses.






En el tocadiscos:
Dorian - La tormenta de arena

domingo, 1 de enero de 2012

Reventa.

El tiempo plegado en un origami obtuso invita a fabricar mentiras. Se derrite la lencería de los ciegos entre destinos abolidos. Y los restos se venden en los febreros más fugaces, cuando no hay nadie para verme triunfar.

Las sonrisas sarcásticas de derrota nunca beben en los andenes, ni esconden urnas que rebosan mercurio por callejones. Cuando encuentran los truenos adecuados, se dejan adormecer sin venganza. Entonces poco importa la verdad, menos aún la tristeza, mares, ruinas, fe. Entonces poco me importa casi todo.

El fornicio matutino de los gladiadores empaña esas canciones de café sin azúcar. Luego viene el tabaco gris,  absurdo, dulce también. Los mapas de arrugas tatuados en la colcha. Y lo macabro. El techo ingrávido me aleja de ellos.