23 de julio de 2008
Dudé un momento entre el rojo y el azul, y cuando me quise dar cuenta no había más que morado. Y es que los colores no te esperan, y en ocasiones son desesperantes. Pero se les perdona, porque son colores de verdad, con su carácter, su corazoncito y sus manías. No como esas absurdeces de magentas y cianes; artificios estridentes sin otro afán que sacar de quicio y vender más gafas de sol.
Mezclando pigmentos de rojo, azul y amarillo, en proporciones adecuadas, a velocidad adecuada, en condiciones de temperatura y humedad adecuadas, y con el estado de ánimo adecuado, se obtiene blanco.
En caso de error, aparece algo muy parecido al negro; pero aún más triste.
En el tocadiscos:
Miles Davis - Kind of Blue
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