Hay tres ladridos cortando la noche.
Tres casi amigos diciéndose sí.
Tres ecuaciones buscando la incógnita,
de la que mañana me desprendí.
Tus mensajes en verso siempre me han resultado atroces. Amortajar la sonoridad que inventaste; encorsetarla entre anodinos espacios, saltos de línea y Times New Roman es peor que echarlos a la lumbre. No tengo el placer de conocer a los desarrolladores de Whatsapp, pero apostaría mi bulbo raquídeo a que mientras programaban no se imaginaban lo maravilloso que sería el sistema para el envío de poesía convencional. Apuesto a que veían más viable el uso de la herramienta como medio de comunicación entre enamorados, apropiado y optimizado para enviar "te cus" con ka y para quedar (también con ka). Ese otro tipo de poesía, en fin.
Y es que leer tus versos en la pantalla del teléfono es como mezclar la masturbación con el amor.
En el tocadiscos:
Azul y Negro - Technovision
Por eso Bécquer nunca se compró un Smartphone. :P
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