Hoy he mirado al cielo buscando respuestas
pero estaba demasiado celeste
vacío y primaveral.
Demasiado centrado en su inmensidad
para prestarme atención.
Estamos condenados a ser planos paralelos
convivimos sin tocarnos
él allá
el suelo y yo aquí.
Lo mismo que un Dios cualquiera
y todos los que le rezan
se buscan siempre, tenaces, devotos
sabiendo no hallarse.
He bajado la cabeza hasta el horizonte
donde, dicen, aquel cielo y mi vida
se tocan.
Rectas a la vista
entrecruzadas en el espacio
sin intersección posible.
Políticos, mendigos, empresarios, bebés
sindicatos, jubilados, estudiantes, muertos
inmigrantes, parados, enfermos, banqueros
coexistiendo sin entenderse
en una Torre de Babel en ruinas.
Pero a veces
sólo a veces
ni la coacción amiga de la hipocresía
ni la información amiga del interés
ni la violencia amiga del odio
ni la lógica amiga de las ideas
pueden sobreponerse a las personas
en plural
que son paralelas coincidentes.
En el tocadiscos:
Jorge Drexler - Milonga del Moro Judío
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