viernes, 24 de febrero de 2012

Coberturas de polvo y nieve.

Se acumula el polvo en las superficies horizontales, formando una capa blanquecina y aterciopelada. Paso el dedo despacio y lo observo con asombro. El camino que acabo de trazar será tapado en cuestión de días, como las carreteras que son desnudadas insistentemente por máquinas quitanieves.

¿Qué importa el camino? ¿Qué importa la comunicación entre puntos más o menos distantes? El año próximo volverá a nevar. ¿Qué importa la frecuencia con que se limpie el polvo de los estantes? Los libros no van a envejecer menos solos, y los recuerdos horteras de viajes banales no van a ser más valiosos.

Avanza la tarde mientras la luz va cediendo al cansancio de un día inútil. Se escucha el ruido eléctrico y constante de los altavoces sin música a un volumen exagerado. Brilla la pantalla del ordenador a lo lejos, reluciente de información falaz y mediocre para gente concienciada y mediocre.

Leo la prensa a diario. Busco trabajo a diario. Y a diario pierdo la fe en todo. Sin embargo, a diario empieza un nuevo día para que la gente como yo pueda hacer lo que hay que hacer. Y para que el polvo siga cubriendo superficies y para que la nieve se derrita dejando llegar una primavera más ansiada que de costumbre.




En el tocadiscos:
Camera Obscura  -  Keep it clean

1 comentario :

  1. Si a diario pierdes la fe, significa que, a diario también, la recuperas. Aún hay esperanza entonces. ;)

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