sábado, 7 de julio de 2012

Dos edredones y un perchero para tres abrigos.

Hay un perchero para tres abrigos
en una habitación con dos camas
dos sillas
una mesa
un armario
una lámpara
y una ventana que mira al cielo.

Se oye música tecno a lo lejos
y casi se intuyen
los saltos y los gritos de mujeres y hombres
que sostienen cervezas espumosas
y tambaleantes
cuyas mejillas van volviéndose
de color rojo violáceo
y cuyas sonrisas van ensanchándose
más allá de las orejas.

Hay una televisión también
-perdón por olvidarlo-
con un punto rojo luminoso
como la mira de una escopeta que apunta
directamente
a mi frente
atraviesa mi cráneo
y hace recordar entre mis maltrechos sesos
un poema casi perdido
que escribió un noséquién:


Detrás de la puerta verde
que esconde secretos viejos
hay un ederedón caliente
para las noches de invierno.

Lo encontré en una ciudad
alegre para los locos
bella aunque no tenga mar
y atroz si la vives solo.

Si algún día tienes frío
pero sólo en ese caso
recuerda lo que te digo
y cógelo sin reparo.


Hay además
dos edredones
que no uso.




En el tocadiscos:
Elliott Smith  -  Needle in the Hay

1 comentario :