Un soneto rápido, improvisado,
así recibo esto que llaman año.
Me duele la tristeza y no es extraño;
ya lloro menos. Ya estoy más cansado.
Tres güisquis por barba ahogan la sed,
afilan la labia y taran el coco.
Permitidme escapar -no pido poco-
del sitio entre la tele y la pared.
Salida fallida acaba en caída.
Por honor se disimula el dolor.
Y hasta la vida al final se suicida.
En este terceto escribiré amor
que es un palabra muy socorrida
si la musa abandona al rimador.
En el tocadiscos:
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