La puerta de atrás de un piso alquilado
me dejó escapar un viernes cualquiera
y detrás un enorme acantilado
me esperaba sin que yo lo supiera.
Quiso el destino que sobreviviera
sin más lesión que un verso morado
roto el ego y un sueño dislocado.
No le guardo rencor -qué más quisiera-.
Cuando desperté, por mí estaban velando
aquellos miedos que solía sentir.
Ya daba igual saber qué, cómo o cuándo.
Así aprendí que cuando quieres huir
no sirve de mucho salir pitando;
que tus fantasmas saben adónde ir.
En el tocadiscos:
Muy relacionado con mi cita del día. ;)
ResponderEliminarPS: Y también me ha recordado, no sé por qué, a "La Torre Oscura" de Stephen King.