Tres Sabios en sus monturas,
mas no siguiendo una estrella,
sino buscando hermosuras
de esas que ofrecen servicios
a cambio de algún dinero,
de esas con la falda corta
y maquillaje y liguero.
Salían ya del prostíbulo
bien contentos y
cuando un portal encontraron
dichoso y abarrotado.
Extrañados y curiosos
se acercaron al tumulto
y descubrieron al niño
al que se rendía culto.
Nada de eso, la verdad,
no se veía ni un rezo,
sólo a la gente de fiesta
y alguna vez un bostezo.
- ¿Cómo habéis llegado aquí?
¿Os ha guiado una Estrella?
- No era una, sino tres,
y cada una más bella.
Todavía oro tenían
que sobró de las putillas
y aún les quedaban ganas
de bailar con las chiquillas.
Además hachís llevaban
y un poco de marihuana,
así que allí se quedaron
hasta entrada la mañana.
Omito contar pamplinas
de Herodes y otros señores,
políticos como ahora
que son (más que nada) actores.
Y así termino la historia
de Jesús, José y María,
de los pastores y Reyes
y toda su guarrería.
En el tocadiscos:
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