martes, 18 de enero de 2011

Pop.

Está claro que los modernos son una fauna un poco en decadencia. Decadente en algún caso. Tanto, que ya no son popis a secas, sino que ahora son retro-gafa-pastas. Que no tengo nada contra ellos -porto dicho artilugio sobre el puente de mi órgano respiratorio-, pero es una pena que se pierda la esencia de aquellos tiempos. Todo avanza. Es cierto. La implosión se acerca. Y eso que no veo la tele. Hay quien dice que la sociedad se autorregula. No lo veo claro.

Se están olvidando el tonti-pop y el mierda-pop. Esos estilos que, o los adoras, o los odias. Y tengo una teoría. La sociedad se los ha tirado por el retrete. ¿Y eso? Vivimos bien. Ya no hay represión, ni tabúes. El mundo homosexual se ha liberado (hasta cierto punto). Los pobres no somos tan pobres (aunque estemos en paro). Los adolescentes dejan de serlo antes de darse cuenta de que lo son. La gente se ha vuelto mucho más rancia. Etcétera.

Así que voy a empotrar una serie de atrocidades sonoras bajo de estas líneas. ¿Por qué? Porque me encantan las canciones que hablan de chupachuses, de flases y de fantas. Porque hay que rebelarse contra tanto estirado y hombre-gris. Porque una canción de letra absurda y entonación chirriante puede alegrarle a uno el día. Porque me traen muy buenos recuerdos. Porque me parto el cigüeñal de risa. Porque hay que dar más abrazos. Porque me dan ganas de saltar. Y porque me da la gana.

Y las voy a cascar sin título, a modo click-sorpresa.

N. d. T.: Está claro que basta con ampliar ventana de youtube para ver las imágenes y tener toda la información.


En el tocadiscos:











2 comentarios :

  1. Piruletas pop en vez de cigarrillos de interesante, eso lo he dicho yo siempre

    ResponderEliminar
  2. Mmmmmmmm

    Señor Zeta, usted no deja de ser un gafapasta.

    ResponderEliminar