Al otro lado del espejo estuvo ese otro. Se parecían, pero no. Nada que ver. Un vidrio, frío y aséptico, los había separado hasta entonces, pero el momento tenía que llegar. Inevitable. Se miraron impasibles y escrutadores en busca de un signo de debilidad. Ambos con la pericia en posición de ataque y la paciencia en posición de defensa. Descomunal batalla. La sangre manchó el gres del suelo como una fina gasa púrpura y tiñó el aire de un hedor acre. Y, como debe ser en estos casos, sólo quedó uno.
Supongamos que el menos malo.
En el tocadiscos: Nocturno - F. F. Chopin
Mentir es señal de inteligencia en los niños.
ResponderEliminarMentir es malo.
La inteligencia es mala.
El mas inteligente, tiene mas probabilidades de ganar.
El malo, tiene más probabilidades de ganar.
Por tanto, es suponer demasiado que será el menos malo.
He dicho que soy optimista patológico. Y he escrito 'supongamos'.
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