Está en las hojas de los árboles, en las historias que me cuenta mi padre, en la cara de las mujeres que no usan bótox, en la de las que lo usan -aunque ellas no quieran-, en el viento, en mi caligrafía, en las ideas, en cada mirada, en la música, en tu forma de andar, en las olas del mar, en la mosca que maté hace un rato, en la espera, en la desesperación, en un abrir y cerrar de ojos, en los sueños -quizá donde menos-, en ese cosquilleo que juega en la tripa, en aquel tren al que no subiste, en tantos otros sitios.
Está, estuvo y estará. Y me atrevo a decir siempre porque depende de él. El tiempo lo gobierna todo.Los dioses acaban olvidándose de los no-dioses. Los políticos bastante tienen con atarse los cordones. El espíritu, el destino y todo ese racimo es un invento de alguna marca de colonia. El karma de 'Me llamo Earl'. Y podría seguir. Tengo alguna duda de si tiene alguna relación amorosa con las Matemáticas. Pero de eso ya es otro tema.
Cuando las cosas no acaban de ir bien le pedimos tiempo al tiempo. Cuando tenemos prisa le decimos que el tiempo es oro, que nada de perderlo. Pero claro, más vale tarde que nunca... Lo mejor sería poder pedir tiempo muerto en cualquier momento; pero eso no tendría gracia.
El tiempo ocupa su tiempo en enseñar a los niños a caminar, a leer, y en conseguir que lleguen al último cajón. Hace que la fruta madure hasta dejarla pudrirse.Va curando heridas, y poniendo cánceres y alzhéimeres en determinados cuerpos. Cuando tiene frío, pone el climatizador en modo invierno y cuando tiene calor en modo verano. El tiempo tiene la curiosa costumbre de enseñarnos cosas para que vayamos olvidando otras. Hay que luchar con él para retener las que verdaderamente merecen la pena.
Pero, sin duda, el gran poder del tiempo es poner a cada uno en su lugar. Es perseverante hasta límites insospechados. Nadie se salva. Tarde o temprano toda la mierda sale a flote. Aunque vuelva a hundirse. Por eso es un gran arma en manos de quien sabe usarlo. Y por eso, y menos mal, nadie lleva puesto su disfraz de la mañana a la noche. Por otro lado hay quien dice que con el tiempo los esfuerzos son recompensados. La verdad es que esto no está para nada demostrado. Es más, lo creo bastante incierto. Aunque es, claro está, un acicate que todos necesitamos. El tiempo es en conclusión un ente de razón de gustos muy variopintos. Por eso hay que llevarse bien con él. Porque en otro caso nos casca un zurriagazo que nos deja finos.
"La primavera miente y el verano
cruza, como un tachón, por los cudernos;
la noche se hará tarde tan temprano,
que enfermarán de otoño los inviernos."
Joaquín Sabina.
En el tocadiscos: 'Follow the map' - Mono
Todos acabamos hablando sobre la Cuarta Dimensión.
ResponderEliminarAsociale al de Presillas Las, ya verás que curioso.