miércoles, 4 de abril de 2012

Las vidas que no fueron.

Un día de estos prometo escribirte una carta diciéndote todo eso que ya no sirve de nada. Contándote las vidas que invalidé por una u otra razón. Disculpándome por lo que no hice. Prometo llenar folios con frases que narren lo que pudo haber sido y así, si quieres, podrás arrepentirte conmigo.

Te hablaré de las miradas que pararon el tiempo para dar abrazos que se anudaron sólo mentalmente, con una sincronía agónica. De las sonrisas paralizadas por la sombra del pudor. De tus manos, temblorosas y huérfanas, envueltas en soplos de aire que no salieron de mi boca. De los autobuses, los trenes, los aviones y los coches en los que te hundiste para alejarte sin vacilar -o con seguridad fingida-. De lo que ganaste y yo perdí.

Y de ese amasijo de secuencias marchitas iré deshilando la historia que debió ser. No hay segundas oportunidades, pero sí sueños inventados.




En el tocadiscos:
Regina Spektor  -  Eet

1 comentario :

  1. ¿Por qué siempre duele más lo pudo haber sido que lo que fue y no debió ser?

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