Aquí va una introducción etérea
que habla del frío y los colores del otoño
del paso del tiempo en soledad
de la nostalgia en verso.
Después viene una metáfora sobre lo humano
desentrañando lo absurdo de su egocentrismo
frente a lo inevitable de su nimiedad.
Llega la estrofa principal
pesada y expresiva, el eje -a fin de cuentas- del poema.
Plantea el tema fundamental
se recrea en su desarrollo en busca de belleza
mariposas despegando entre las ramas
para dejarlo flotando, pendiendo de abstractas palabras
a la espera de una solución.
Al final siempre hay muerte -sino de todo insecto-.
Una aliteración; acaso una simple enumeración
imprime ritmo al vericueto de rúbrica
y una repetición simbólica del concepto de base
trae la excusa perfecta para acabar.
El círculo se cierra: al final siempre hay muerte.
En el tocadiscos:
Silvio Rodríguez - Mariposas
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