sábado, 21 de abril de 2012

Un vidrio doble.

Los andenes en vísperas de la Aurora son como mi alma: un vidrio doble, con rotura de puente térmico. Son un hijo buscándose la vena, errando de salvaje. A esa hora dentro del tren la calle no existe y hay temor, mas no a lo desconocido.

Pasa el revisor.

Las máquinas vibran antes de sentir las primeras llamas calentando el infinito. Quietud. Ahora un quirófano, donde se extirpan cinismos y se arrojan a un cubo metálico envueltos en luz blanquísimamente tenue y en fundas de renfe.



En el tocadiscos:
Band of Horses  -  The Funeral

1 comentario :