jueves, 23 de junio de 2011

Se dice.

Me dicen muchas cosas. Me dicen que si servirá para algo. Que si al final no será una pérdida de tiempo. Me dicen que es imposible. Y que ya hemos sacado los pies del tiesto. Que hemos gritado y que ahora nos callemos, que ya han pasado las elecciones. Me dicen, dicen, dicen. Me dicen que las cosas hay que cambiarlas desde dentro. Que hay que formar un partido. O que hay que involucrarse en los partidos. Me dicen que no sabemos de lo que hablamos. Y mucho menos lo que pedimos. Me dicen que si sabemos quién hay detrás de todo esto. Que seguro que algo se esconde.

Me dicen que sí, que sigamos, que esto tiene que extenderse como un virus. Me dicen que el futuro está en nuestras manos. Que hacía mucho que esto era necesario. Me dicen que toda Europa se tiene que contagiar. Que el problema es global. Me dicen que no decaigamos. Me lo dicen una y otra vez. Y que nos informemos. Y que continuemos molestando. Así, por el simple hecho de estar. Me dicen tantas cosas que se me hacen un ovillo.

A veces no me lo dicen a mí, pero lo oigo. Dicen que somos violentos. Dicen que hemos perdido el norte. Que no hemos sabido seguir las enseñanzas de cristo y por eso tenemos el alma vacía. Dicen que somos etarras. Que no sabemos lo que queremos. Nos dicen indignos. Nos dicen perroflautas. Nos dicen anarquistas. ¿Qué no nos dicen? Dicen que no hemos vivido la preguerra. Y la guerra. Y la posguerra. Dicen que no sabemos la suerte que tenemos de tener la constitución que tenemos. La democracia que tenemos.

Y otros dicen que somos muchos. Que podemos. Porque tenemos la razón. Y dicen que estamos haciendo historia. Dicen que sí. Que sí. Sí.


Y yo no digo palabras. No digo lo que pienso. Sólo desafío al verbo 'decir' y digo el silencio. Esperando que todos los que tanto dicen y me dicen lo escuchen. Y lo entiendan.






En el tocadiscos:  Nada.

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