No soporta los tacones. Van totalmente en contra de su filosofía de vida sana y cómoda, pero no tiene otra opción. Desde el momento en que accedió a tener sexo con el que sería su jefe, se subyugó de manera tácita a todos sus deseos. Su adorable y atento marido y sus dos pequeños son un precio demasiado alto que pagar.
Así todo, y aunque se odie por ello, hasta las felaciones de media mañana son más llevaderas que esos diabólicos tacones.
En el tocadiscos:
No hay comentarios :
Publicar un comentario