lunes, 2 de mayo de 2011

Religión y/o azar.

Me he topado con lo que adjunto bajo estas líneas deambulando por la red, obra del señor Chris Eckert (huelga decir que merece la pena echar un ojo a sus creaciones). Me ha parecido brillante, original, macabro hasta cierto punto, rocambolesco de algún modo. Una irónica maravilla, en dos palabras.

Traduzco de forma somera la explicación, y acompaño el vídeo de ejemplo:

La indicación más fuerte de la religión de una persona es la geografía. Uno nace en su religión. Eso no significa que sea irrelevante o incorrecta, la religión ofrece un marco para la moralidad de base muy potente y que da a la gente una identidad cultural que se extiende por las fronteras. He asistido a misa en holandés, alemán, francés, inglés y español, y siempre me he sentido como si perteneciera a ellas. Aunque mi experiencia personal con la religión es de adhesión, un sistema que une a las personas de diferentes regiones y culturas, la cara pública de la religión es a menudo uno de exclusión. Musulmanes, cristianos y judíos, fanáticos que saben lo que Dios quiere. Más concretamente, dicen saber lo que Dios no quiere. Esta imagen pública de la religión es siempre fuerte, segura de sí mismo, incluso arrogante. El que nadie pueda saber la "verdad" cuando la verdad es que ésta se le fue asignada al azar al nacer es gracioso.
"Auto Ink" es una escultura con tres ejes de control numérico. Una vez que el interruptor principal se acciona, al operador se le asigna una religión y su símbolo correspondiente se le es tatuado en el brazo. El operador no tiene control sobre el símbolo asignado. Éste se asigna al azar o mediante la intervención divina, en función de sus creencias personales.


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