Todos los tornillos se rompieron
todos los hierros se imantaron
todos los órganos sin sangre
ni propósito ni latido
encogieron en las entrañas
como cirros en el espacio
tronando cada vez más dentro
cada vez más lejos
tronando hasta ser solo zumbidos
solo mantras repitiendo que
nuestro huésped nos quiere muertos.
Se enredaron las maromas
se oxidaron las trompetas
se quebraron las ideas
de equilibrio e igualdad
tal y como se quierbra
contra la roca el mar
dejando agua y espuma y sal
y un zumbido constante
un constante eco de revolución
repitiendo contra el acantilado que
su huésped las quiere muertas.
En el tocadiscos:
Tom Waits - Little Drop of Poison
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