Molesto del verano es cuando las piedras de arrojar
se quedan en la orilla
impidiendo que las olas, crecientes redondeles
te alcancen los pies.
Malo cuando a vueltas y sin tambores
se acerca septiembre con el mismo nombre,
nueva ropa y distinta lluvia.
Malísimo cuando el hálito de septuagésima en cocina
se prende a las barbas
para en la mente prenderse a la nada.
Y lo peor cuando uno se para a pensar
entre compota, siesta y calor
que hay que empezar a echar cuentas
antes de que todos hayamos sido
demasiado buenos.
En el tocadiscos:
Gil Scott-Heron - Lady Day and John Coltrane
No hay comentarios :
Publicar un comentario