Han pasado cuatro años desde que aprendí a esperar
y hoy todavía me cuesta dormir.
Amanece y una semana es un idioma imposible
porque después lloverá en la orilla
después navidad nos soñará.
Amanece y el final de la carretera es todo sino
rápido - viviendo como si sólo tuviéramos una vida
entre arpegios de una generación airada
con la juventud bajo las uñas
la impronta en el costado
piel clara, Rusia, mugre.
Amanece y volar tiene que parecerse a esto
lo sé - yo que hace ocho años creí ser pájaro
y hoy todavía lo recuerdo:
andábamos de a seis, como locos
fingíamos controlar cuerpos hirviendo en jaulas de cera
justo ahí - bajo el sol de agosto
paso a paso, flagrantes, rodeados de tranvías fantasma.
Amanece y hoy es el prólogo que desechó Salinger.
Han muerto tantas libélulas en este tiempo
que la gravedad ha ganado fuerza
y casi no me deja dormir.
En el tocadiscos:
8º6 Crew - Troubles in the East Side
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