martes, 13 de septiembre de 2016

Dos estaciones (I).

¿A quién queremos engañar?
Esto es el final del verano.
El año se resbala como cerveza amarga.
Queda oeste, manta y sombras,
pero los escalones ya no se bajan de dos en dos.

Maceraba en ácido la barba
para hablar delante de vosotros
y el trazo perdió la voz por autovías.
Se me oyó demasiado y, de a poco
perdonasteis que escribiera triste.
No sé matar de otro modo.

Por el adiós de las cigüeñas
creímos que las letras tenían casa.
Poco después lo supimos.
Ya casi no temo que las páginas
nieguen sus delirios de procesionaria.
No folles con quien tiene las estanterías vacías.

Los treinta y uno de la virgen huelen a cala
-manto le decimos en mi pueblo-.
Tal vez por su polen se resbala el año entre los dedos
palmatoria, mistela, bendita el agua.
Rezamos al norte del sur pasando por Madrid
donde no hay más camín que'l de la pérfida,
desdén mediante, y la Lloca en lágrima viva.

(...)




En el tocadiscos:
Erik Urano & Zar1  -  Ω I W

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