Los meses que empiezan por jota son los de saltos y ríos, colacao frío y grillos en jaulas de colores. No cesan las tormentas de verano y se duerme a ratos, intermitente el sueño, intermitente la lluvia, como dentro de una enorme rueca.
Algo tamborilea los cristales; una pregunta
un destino al final de todos estos cordajes
cables metálicos y maromas de espanto.
La seguridad de las ventanas aisladas (aisladoras)
desagradable discurso hecho de siglos de instinto
y sexo antes de la medianoche.
Tamborilean los signos de interrogación, ojos como platos
la seguridad del noray, tornillos y piedra.
La espera no termina al final del viaje.
Las tinieblas de la vigilia son terribles
porque se encuentra uno -sin remedio- consigo mismo.
Se puede describir el hallazgo con epítetos
frugal, descarnado, onírico, letal
mas queda siempre un fleco desconocido
imposible de contar
latiendo delante de los párpados congelados.
La eternidad se desdobla cuando sólo pasa
algún coche acuchillando la oscuridad
y las sábanas arden como azufre
y las paredes rezuman nubes de humo invisible.
Germina el temor desde la base del estómago
miedo nuevo a lo que saben los filósofos
por decapitar con una Razón enorme
al yo y al me.
***
Salí del recinto y manadas de desconocidos me atravesaban en su trajín. El aire no era menos húmedo que horas antes, pero el tono de todo era delante de mis ojos menos saturado. Parecía como si una neblina manchase mi mundo. Una pátina casi inexistente de ceniza sin humo.
El día después todo está quieto
y la luz es extraña.
No hay canguros en Austria
y el aire sale al mundo entrecortado.
Me gustaría bañarme en el lago
con un toldo de nubes y rodillas tiritando
ojos desconfiados / locuras de turista.
Que el verano no es el calor
que no
que el verano no es junio / agosto / julio.
El verano es todo lo demás
colchones a medio hinchar y gritos a deshora
motocicletas tronando y paseos bajo el agua
pinos como flechas al cielo
vacas escondidas entre montañas
criaturas que no aparecen en los catálogos.
Me gustaría alargar este verano
evitar los cafés para no dormirme a la vuelta
engañar a las horas sin malicia
como en las romerías, cantando montañesas.
En el tocadiscos:
Zahara - General Sherman y cómo Sam Bell volvió de la Luna
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