29/12/2009
Se secó.
Rectifico: se dejó secar. Abrió sus brazos con las palmas de las manos apuntando a la Luna y cerró los ojos. Puso su mente en blanco, una pared de gotelé lo suficientemente sucia para creerse gris. Inspiró. Espiró. Volvió a inspirar, y contuvo la respiración hasta que el corazón llamó a las puertas de su pecho.
Se fue.
Rectifico: Ta dejé marchar.
En el tocadiscos:
Yann Tiersen - 8 mm
La culpabilidad de quien no hace nada por evitar el fatídico desenlace nunca es tan grande como la de quien pone tona la carne en el asador para precipitar el aciago final.
ResponderEliminar