Está en sus manos la sabiduría y en su voz la pericia, aunque a veces parezca al revés. El otro le mira, cómodo y suficiente. Gira la cabeza el primero, se observan sin estudiarse, sabiendo lo que ven. Madera del mismo árbol que se entiende aunque no se soporta. Es llamativo el peso de los silencios, que toman la forma de descansos en la interpretación que ambos tratan de sostener. Y lo logran, ejecutando una obra que algunos calificarían de arte.
Sus manos son bonitas y se mueven con seguridad y tino ante la mirada inquieta -inquisitiva quizá- del otro. Las palabras son un disfraz que allá en el extranjero engaña y convence, pero que acá sólo engaña.
En el tocadiscos:
Fever Ray - Keep the streets empty for me
rajoy y rubalcalvo?
ResponderEliminar