jueves, 15 de marzo de 2018

Víctor falló.

No puedo negarlo, tengo algo del diecinueve.
Acumulo patios traseros y revestimientos de amianto
entre borradores de romances y rosas oscuras.
El síndrome se agrava en esta era
de matrimonios de conveniencia y caricias
anquilosadas cual pop bailable.

Soy hijo de aspiraciones, no es mi culpa.
Moriré sin descendencia, no hay legado.
Soy una estación desapacible de espanto.
Soy elemento de la matriz, soy
ladrillo, anuncio por palabras, sexo rápido;
monstruo, criatura, creación, engendro o demonio.

Quiero ser y la pasión se me acaba
porque llueve tarde y no hay espacio para crecer.
Si me piden testimonio: el Dios-cimiento falló.

Todavía hay madrugadas en que pinzo lápices
entre los dedos, me creo fiera
pero llueve y la humedad me amilana.

Patios traseros, rosas oscuras.
Tengo un escondite
donde me retuerzo en silencio.




En el tocadiscos:
Kenny Burrell  -  So little Time

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