Camino como un niño sobre los guijarros,
malentiendo el mañana y noto
el impulso de tu mirada en mis escápulas.
Si duermo demasiado no me riñas:
siempre sueño que despierto a tu sombra
y al final de los finales llueven amapolas.
Desde el acantilado de tu nuca
salta alguien cada tarde de sur
y las olas lo arrastran hasta mi puerta.
¿Cómo voy a odiar tus labios abyectos
si ellos mismos resucitan a mis suicidas
antes de que lleguen los buitres?
En el tocadiscos:
Kenny Dorham Quartet - Lotus Blossom
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