jueves, 19 de marzo de 2015

Es una perrera.

Cuando vuelven los perros
de sus paseos nocturnos
traen el rabo entre las patas
restos de carne en la boca y
la cabeza gacha.

Admiro la entereza en su agonía.

El amor no es más que una perrera
hedionda y abarrotada
a la que regularmente
algún idiota
trae otro pobre animal.
















En el tocadiscos:
J. J. Johnson  -  Lament

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