jueves, 29 de mayo de 2014

Sueños bajo la tormenta.

Una tormenta de primavera, tímida pero hermosa, se asoma al cristal a media tarde. Estoy seguro de que fuera huele a fruta fresca y a violines gritando, pero desde donde estoy no puedo más que seguir con la mirada el suicidio de las gotas que resbalan por el enorme muro cortina. Para mí las tormentas son presagio de sueños en blanco y negro o de pesadillas saturadas de color. Los ojos cerrados con Morfeo emergiendo de las profundidades acompañado por novecientos noventa y nueve Oniros más. Alabados sean Hipnos y Nix.

Llevo un par de horas dándole vueltas a las ventajas de los erroes. No, no es un oxímoron. Recuerdo a aquella extraña pareja: ella pasebaba un perro más bien feo pero, por error, él había leído a Chéjov. Apuesto a que eso les salvó de la debacle. Hoy alimentaré a los Oniros con errores.

Yo mismo fui un error. Un error arrojado a esta boca llena de dientes, a este acantilado de aliento de sal, casi sin tiempo para aprender a volar. Por suerte siempre nos quedan errores nuevos. El juego de la vida y el acicate de la muerte.

Somos un error o simple fruto de la estadística. Al final eso nada cambia. Ensayo. Ensayo. Ensayo. Tan solo hay que repetir suficientes veces. Y la eternidad es bastante paciente. Como en la paradoja de la moneda. Igual que el mono que intenta plagiar a Shakespeare por error.

La tormenta arrecia y sólo puedo pensar en los errores que quiero que me acompañen cuando venga la oscuridad. Me invade un egoísmo insano y unas incontrolabes ansias de poder. Hoy seré amo y señor de todos los destinos porque todos vosotros no sois más que lo que cambiáis en mí. El gato de Harry Lime. Hiromi equivocándose mejor que nadie en 'La Patética' de Beethoven. Kafka -igual que yo- mirando por la ventana.

Me voy, que creo que los sueños ya vienen.




En el tocadiscos:
Chick Corea & Avishai Cohen & Jeff Ballard  -  Life Line

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