Sueñan últimamente con Moscú
con Poncio Pilatos
con los ciegos de Saramago.
Se tocan y el tacto es un frío metálico
higiénico como un quirófano apagado.
Se calculan bien.
La sangre sabe a hierro subiendo el monte Calvario
cargando una cruz de negro mármol.
El polvo con saliva amenaza tempestad
suena a plegaria
cuando algunos relámpagos secos como cuchillos
encienden el horizonte de carbón.
Arriba se tocan y no hay tacto.
¿Son los clavos más importantes que el madero
o es la espera más larga que el camino?
Se tocan y el tacto es el Expreso de Leningrado
siempre lento a su hora
entre el humo y los silbidos y los pañuelos blancos
a lomos de una bestia de acero
se entregan a la negrura de unos túneles inmensamente largos
de sus túneles inmensamente negros.
Y olvidan regresar.
En el tocadiscos:
Nacho Vegas - Añada de Ana la friolera
La sangre que derramamos camino del Calvario siempre duele más que la vertida al ser crucificados.
ResponderEliminarmenuda puta mierda, por qué no dices que es una burda copia, cabronazo?
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