domingo, 13 de octubre de 2013

Moscú - Jerusalén.

Sueñan últimamente con Moscú
con Poncio Pilatos
con los ciegos de Saramago.
Se tocan y el tacto es un frío metálico
higiénico como un quirófano apagado.
Se calculan bien.

La sangre sabe a hierro subiendo el monte Calvario
cargando una cruz de negro mármol.
El polvo con saliva amenaza tempestad
suena a plegaria
cuando algunos relámpagos secos como cuchillos
encienden el horizonte de carbón.
Arriba se tocan y no hay tacto.
¿Son los clavos más importantes que el madero
o es la espera más larga que el camino?

Se tocan y el tacto es el Expreso de Leningrado
siempre lento a su hora
entre el humo y los silbidos y los pañuelos blancos
a lomos de una bestia de acero
se entregan a la negrura de unos túneles inmensamente largos
de sus túneles inmensamente negros.
Y olvidan regresar.




En el tocadiscos:
Nacho Vegas  -  Añada de Ana la friolera

2 comentarios :

  1. La sangre que derramamos camino del Calvario siempre duele más que la vertida al ser crucificados.

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  2. menuda puta mierda, por qué no dices que es una burda copia, cabronazo?

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