martes, 5 de febrero de 2013

Sordos al piano.

¿Qué queda después de la diversión?
Arena esparcida por los rincones
como al volver de la playa
ese cansancio.
Cuadros que olvidaron la gravedad
cuadros
instantes
cuadros congelados o derritiéndose
Dalí sin segundero.
Colillas borrachas de tantos besos
carmín
cereza, carmesí.
Rojo ruso.
¿Algo más?

¿Acaso importa?
Escupideras llenas de ilusiones
promesas vacías de mañana
y mañanas que nacen muertas
o nunca nacerán todavía.

Con suerte
quedan las arrugas de reír.
¿No son de eso?
De velarse los carretes a oscuras
sordos al piano
que te hicieron bailar y menos.
Sordos al piano no
sólo quedan las teclas que tocaron
flotando.




En el tocadiscos:
Sigur Rós  -  Ekki múkk

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