jueves, 28 de febrero de 2013

Cosas sencillas.

Cosas sencillas no es lo mismo que simples. Que simple es el pensar de un bobo y sencilla es la ropa que cose mamá. Clamo a los cielos por las risas fáciles y las verdades que salen solas. Cuando aprendí a restar con llevadas algunos se llevaban ya, pero sin restar nada. Y nunca lo harán. Las cosas sencillas están en horas bajas. Plantar cebollas y pintar paredes son cosas sencillas. Comunes, se podría decir. Hace unos años. Hoy siguen siendo sencillas pero al mismo tiempo raras. Ahora hay que sobar pantallas táctiles y llevar el esquí en los genes. Sencillo no es lo mismo que poco. Restaurantes de cocina creativa y música electrónica. ¿Dónde está lo sencillo? La poesía con rima y métrica. Alberga tu ceja obscura / el saber del universo / por ella me hago converso / sin ella no hay más tortura. Los acentos en su sitio. Trancar la puerta, bajar las escaleras, caminar sin prisa, respirar, recordar, comprar en el supermercado, entrar en la estación a ver llegar un tren, volver por otro camino, entrar en casa y oler que las plantas necesitan agua. Cosas sencillas; que no triviales. Que trivial es perder contra la máquina y sencillo es el placer del juego. Pero ya da igual. Es tarde para los amantes de lo complejo. Los preocupados por el éxito, el futuro, la enfermedad, la opinión, el coche sin cerrar, las pulgadas de diagonal, la patria, el poder, la salvación.




En el tocadiscos:

lunes, 25 de febrero de 2013

Sirenas que no cantan.

Hay algunos síntomas del hastío
que atora las ideas y los sueños
nos prohíbe seguir siendo pequeños
tras la pubertad.

Veo los rostros quebrados por el frío
todas las espigas amarillentas
el son pesado de las horas lentas
perros sin edad.

Abro los ojos buscando sirenas
que me canten cuando sopla el gallego
el que trae la lluvia y azuza el fuego
al amanecer.

No encuentro sus aullidos quita-penas
ni sus cabellos irisando el alba.
Quizá cuando se extinga la luz malva
yo aprenda a perder.

Nadie me pisa los pies en la danza
de los locos en busca del pecado
nadie escoge hundido antes que tocado
al acordeón.

Destrozar los muebles en la mudanza
es más típico de lo que parece
cuando uno recibe lo que merece
no pido perdón.




En el tocadisco:
Quique González  -  Dallas-Memphis

domingo, 17 de febrero de 2013

Domingo tarde.

Se queda la noche en domingo tarde
en nieve seca y radiadores tibios.
Es lo mejor para escribir en balde
porque así la tristeza ya no es río

sino meseta, o altiplano andino.
Es tarde, más que noche, cuando sabes
que los pájaros recuerdan el nido
cuando entiendes que los pájaros baten

las alas aunque olviden el camino.
Y las velas llaman al viento Padre
buscando la tormenta y el castigo

y siempre encuentran en su aliento amable
una razón para tener destino.
Queda el domingo, tela y plumas de ave.




En el tocadiscos:
CocoRosie  -  Hairnet Paradise

sábado, 16 de febrero de 2013

Diarios de adolescencia.

Estamos perdidos. Fuera de sitio. No pedimos tanto. Casi sabemos lo que queremos. Parecernos a Serge Gainsbourg y encontrar a una Jane Birkin cualquiera para pasear los días nublados. Que nos quemen los pelos de las piernas. Compartir el silencio. Hacer de la existencia nuestro propio Rocky Horror Picture Show. Volar. Tener algo por lo que morir. Somos jóvenes y no nos conocemos. Buscamos drogas en las calles oscuras, pero no quedan mares pasadas las dos. Por nuestros padres sabemos lo que es el tiempo. Casi aprendemos lo que no queremos. Unir este mundo y el otro. Encajar.


Cuatro películas para adolescentes eternos: una, dos, trescuatro.
Edito: ...cinco y seis.




jueves, 14 de febrero de 2013

Postales que se perdieron (V): Desilusiones.

24/05/2010

Aviso a navegantes. Amarrad bien vuestras palabras. No las saquéis a pasear a la ligera. Cualquier descuido puede provocar enorme ilusión en algún interlocutor. Ilusión que por la implacable ley causa-efecto acabará en monumental desilusión.

Y desilusionarse es una vaina del carajo.




En el tocadiscos:
Corizonas  -  La cárcel de Sing Sing

martes, 5 de febrero de 2013

Sordos al piano.

¿Qué queda después de la diversión?
Arena esparcida por los rincones
como al volver de la playa
ese cansancio.
Cuadros que olvidaron la gravedad
cuadros
instantes
cuadros congelados o derritiéndose
Dalí sin segundero.
Colillas borrachas de tantos besos
carmín
cereza, carmesí.
Rojo ruso.
¿Algo más?

¿Acaso importa?
Escupideras llenas de ilusiones
promesas vacías de mañana
y mañanas que nacen muertas
o nunca nacerán todavía.

Con suerte
quedan las arrugas de reír.
¿No son de eso?
De velarse los carretes a oscuras
sordos al piano
que te hicieron bailar y menos.
Sordos al piano no
sólo quedan las teclas que tocaron
flotando.




En el tocadiscos:
Sigur Rós  -  Ekki múkk