El día en que te olvidaste de reír se deshizo entre la gente. Apartabas cabellos de tu cara como cuervos a contraluz.
El día en que te olvidaste reír casi no llovía. Blasfemabas entre dientes como si fueras una más.
El día en que te olvidaste de reír no era tarde todavía. Clavabas los tacones en el barro como clavos en mi cruz.
El día en que te olvídaste de reír rogaba no verte. Buscabas su mano como el niño que corre tras una pelota -pero el coche aceleró en lugar de frenar-.
De lo mejorcito que he leído por aquí (y eso que el nivel está muy alto).
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