
quebrados, ajenos, inalcanzables,
recuerdos que ya no lo son.
No hay sonrisa en estas letras
torcidas como la suerte de los locos
no hay sonrisa donde esperar un nacimiento
un descuido; la tranquilidad.
Siempre he sido una sombra lejana
la humedad de la fruta podrida
lo oscuro de la carne
el silencio mortecino bajo de las venas.
A mí también me ciega esta negrura
quisiera abrir las ventanas
ver la sangre roja como dicen que es
mancharme las manos y lamer la luz.
Pero siempre seré una sombra lejana.
En el tocadiscos:
Joe la Reina - Ashes of Idols