Parece mentira todo aquello
visto desde lo alto de esta colina
desde esta campa tranquila
hecha de hierba seca y de tierra
calcinada ya hace años
desde esta loma adonde no llega viento
y aunque hay milanos volando en círculos
no agitan las alas
se mantienen con el ruido
de la Tercera Guerra Mundial
igual que cometas con hilos invisibles
igual que negras cometas ancladas
a viejos carros de combate
oxidados e inútiles en este cerro
desde el que parece mentira todo aquello
tus piernas que eran como dos alambres
y con ellos viniste y te quedaste clavada
y dijiste que qué estaba haciendo
y yo no te veía
sólo estaban tus dos alambres quietos
todo lo estáticos que su esbeltez permitía
y yo no sabía qué estaba haciendo
y yo no tenía nada que contestar
y no te veía
sonidos vinieron para ayudarme
mucha gente alrededor chocando
lechuzas mudas bajo la luna que aullaba
agua salada y rocas algo más allá
y yo enfrentado al suelo
y debajo de tus piernas el planeta
y un flash nos quemó a todos menos a ti
y te vi medio instante
y dije no lo sé
no lo sé
y sacudí la cabeza y todo era sordo otra vez
y sólo tus malditas piernas seguían ahí
querían significar todo lo importante
la victoria cabeza abajo
las enredaderas surgiendo del abismo
las fieras con tentáculos cimbreantes
que yo ya conocía y esquivaba
y volví a esquivar
y corrí muy lejos
después empezó la guerra
sin dictadores bajitos
ni escopetas desvencijadas
con muertos igual de silenciosos
y por eso seguí corriendo
hasta llegar a este collado
desde el que todo aquello parece mentira
visto a través de la negación.
En el tocadiscos:
Tulsa - Barro
Cuanto más lo leo, menos lo entiendo, pero más me gusta. Creo que es uno de los escritos más perturbadores que te he leído. También uno de los más geniales.
ResponderEliminarEn parte es incomprensible, en parte tan claro que no hay que esforzarse en descifrar nada. Pasó tal cual.
EliminarAún y así, como lectura complementaria propongo Almas Grises de Philippe Claudel (o mejor, este poema está escrito a la sombra de dicha novela).